Este domingo se elige gobernador en Córdoba. Continúa la pelea electoral.
Scharetti hizo una caravana en Río Cuarto, una ciudad en la que sus contrincantes son fuertes. Juez recorrió la capital provincial, que gobierna, con personas vestidas con trajes de presidiarios simbolizando la corrupción.
Clarín
31 de Agosto 2007
El final de campaña fue bullicioso, colorido y plagado de cruces verbales a la distancia con el típico humor cordobés. Hubo escasas referencias a la política nacional y mucho de localismo.
Los principales candidatos hicieron caravanas -un reemplazo de moda para los actos multitudinarios- y limitados mitines de cierre: el delasotista Juan Schiaretti en Río Cuarto; el líder del Partido Nuevo, Luis Juez, y el candidato radical, Mario Negri, en la capital.
El cruce más subido de tono lo protagonizó Juez, quien por la mañana había dicho que Negri es un «candidato tapón financiado por el gobierno provincial para favorecer a Schiaretti». La respuesta del radical fue bien a la cordobesa: «Si yo soy tapón, él es candidato tampón, porque es el tampón de Alberto Fernández».
Algo más serio, Schiaretti no se quedó atrás. «Los miembros de la oposición no saben gobernar, y buscan desmerecer a un gobierno que le tocó capear la mayor crisis de la historia argentina», retrucó.
El delfín del gobernador José Manuel De la Sota cerró en Río Cuarto, una ciudad que se convirtió en una especie de meca de los políticos: es el segundo distrito de la provincia. Antonio Benigno Rins, candidato a vice de Juez, y Miguel Abella, compañero de fórmula del radical Negri, son riocuartenses.
A Schiaretti lo acompañó su compañero de fórmula, el ex basquetbolista Héctor «Pichi» Campana -fruto del acuerdo con los «pingí¼inos» kirchneristas que anudó el secretario de transporte Ricardo Jaime-, el gobernador De la Sota y el ex intendente Alberto Cantero.
«Estamos muy bien en las encuestas -dijo De la Sota- con mucha ventaja, CEOP nos da 10 puntos arriba, Muraro también nos da 10 puntos de ventaja y Aurelio 14. Pero yo soy una especie de periodista, las comento, no sé nada de encuestas, no sé leerlas».
El clima en la caravana oficialista fue de fiesta, aunque hubo tramos que tuvieron que ser eliminados por el retraso en la hora de partida. Schiaretti aseguró que su relación con la Nación será «cordial» y destacó la figura de Néstor Kirchner: «El salvó al país de la crisis desatada por la devaluación».
En cambio, Juez no mencionó en ningún momento al Gobierno nacional. El intendente cuenta con el apoyo del sector kirchnerista que responde al jefe de gabinete, Alberto Fernández, pero quedó muy molesto cuando hace unos días Cristina Fernández de Kirchner se apareció en un acto junto a su rival: fue para la inauguración de un shopping en el edificio donde funcionó la cárcel cordobesa de mujeres El Buen Pastor.
El juecismo hizo una larga caravana que tardó tres horas en recorrer 25 cuadras por la avenida Colón, en pleno centro. Colorida y bulliciosa, la movida no se privó de muestras irónicas: una camioneta arrastró un carrito con una jaula, en la que había personas con trajes de presidiarios simbolizando la corrupción. Otra llevó un pelotero gigante, inflable, con la forma de un castillo para reírse del «palacio de la cultura» que inauguró De la Sota en lo que fue el Palacio Ferreyra. Más atrás, una renoleta decía ser el «tren bala» delasotista, decorada con simpático miriñaque negro en el frente.
Así, entre roces e ironías a la cordobesa, terminó ayer la campaña electoral. Se vota el domingo, el mismo día que en Santa Fe, pero el kirchenrismo podrá decir acá que ganó la provincia.
INFORME: Gustavo Molina