Furia Suprema. Los motivos de la Corte y los impactos en el peronismo

La decisión de la Corte Suprema de suspender las elecciones en San Juan y Tucumán al cuestionar las candidaturas de Juan Manzur y Sergio Uñac no obedece, para Patricio Talavera, a un resentimiento antiperonista, sino más bien a una voluntad de la Corte de consolidar su autonomí­a frente a un poder polí­tico inestable. Por su parte, los alcances de la medida cautelar profundizan la necesidad de una renovación coordinada de los liderazgos de los peronismos provinciales.

A continuacií²n compartimos el articulo completo del polití²logo y analista polí¬tico Patricio Talavera, publicado en Le Monde diplomatique, edición Cono Sur.

LOS MOTIVOS DE LA CORTE Y LOS IMPACTOS EN EL PERONISMO
Furia Suprema
Por Patricio G. Talavera

La decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de intervenir en los procesos electorales de San Juan y Tucumán, suspendiendo al candidato a vicegobernador tucumano, el actual gobernador Juan Manzur, y al gobernador sanjuanino en busca de su nueva reelección Sergio Uñac, enví­a dos mensajes simultáneos. Por un lado, un aviso a los navegantes del sistema polí­tico, y por otro un adelanto de la reconguración polí­tica que viene después del 2023.

Con respecto a las candidaturas en cuestión, a diferencia de 2013, cuando Gerardo Zamora en Santiago del Estero intentó forzar un tercer mandato en abierta contradicción con la Carta Magna provincial, Uñac en San Juan y Manzur en Tucumán incurrieron en un ejercicio de estiramiento interpretativo para presentarse. Es factible que, sobre todo en el caso de Manzur, el mismo haya sido excesivo. Si bien cuando hablamos de í¢â‚¬Å“reeleccióní¢â‚¬Â nos referimos a repetir el mismo cargo, no uno contiguo pero subalterno como el de vicegobernador, existe jurisprudencia de la Corte que toma como í¢â‚¬Å“unidadí¢â‚¬Â la fórmula gobernador y vice para contabilizar reelecciones.

La cautelar emitida por la Corte señala el camino interpretativo elegido: advierte contra las reelecciones que sustentan la perpetuación en el gobierno. Ya no se trata de evitar tomar partido en interpretaciones precedentes de normas provinciales o de privilegiar que los tribunales provinciales sean los encargados de tratar estas cuestiones, evitando a la Corte como punto de referencia en la resolución de controversias de este tipo. Si la Corte ratica el camino insinuado con la cautelar, hay un viraje en la lectura jurí­dica que se traí­a sobre este tema. Y un cambio de visión jurí­dica potencia los efectos polí­ticos del timing. La suspensión de las elecciones (algo que no ocurrió en los precedentes más cercanos como Rí­o Negro y La Rioja, donde no hubo o fue el tribunal local el que decidió la suspensión) apenas cinco dí­as antes de la votación, implica una interferencia con la integridad del proceso. Si bien la prevención del abuso es institucionalmente sana, y contaba con pocos, aunque existentes, precedentes para intervenir, el timing es muy cuestionable. La Corte tuvo el pedido sanjuanino parado un mes, y lo activó a 5 dí­as de la convocatoria electoral. El caso tucumano es peor: el pedido llegó a la Corte el 24 de abril, y con una celeridad desusada, 15 dí­as después dio lugar a la cautelar promovida por Germán Alfaro, intendente de la capital provincial y candidato a vicegobernador de Juntos por el Cambio. Esta rareza se potencia teniendo en cuenta que existen fallos (por ejemplo, los vinculados a cuestiones previsionales, que representaban casi el 30% de los fallos de la Corte para 2021) que están parados desde hace 5 o 6 años y que la cautelar se adoptó incluso después de que la Procuradora ante la Corte Suprema, Laura Monti, dictaminara que las demandas debí­an pasar por las justicias locales, y en todo caso llegar a la Corte Suprema en forma de recurso extraordinario.

Una mayorí­a defensiva
De todas maneras, el Tribunal Supremo tení­a y tiene potestades para hacer lo que hizo, y su accionar está en lí­nea con la hiperactividad que Horacio Rosatti como presidente le imprime a su gestión: hoy la Corte Suprema se ubica en los máximos históricos de cantidad de sentencias por año desde 2015. El timing de la decisión nos lleva al dato polí­tico: la conguración de una mayorí­a defensiva entre Maqueda, Rosatti y Rosenkratz, que aplican un daño polí­tico al partido de gobierno en dos distritos en los cuales el peronismo tení­a expectativas de retener la gobernación, introduciendo incertidumbre pro opositora. Es inevitable relacionar esta decisión con el juicio polí­tico a la Corte, una acción que está destinada al fracaso por la conguración de los votos en las Cámaras, algo que el kirchnerismo sabe perfectamente. Sin embargo, no es el juicio lo importante: es la prórroga de las sesiones en comisión y poner bajo presión a la Corte difundiendo elementos incómodos para los jueces del máximo tribunal. La convocatoria a los letrados de la Corte o los testimonios televisados sobre las irregularidades (admitidas por el mismo juez Maqueda, quien supervisaba desde la Corte) de la obra social del poder judicial, mantienen en la agenda pública temas invisibilizados con éxito por la cúpula suprema, cuya explicación defensiva es, por lo menos, algo barroca.

A este escenario puntual, se agrega un factor estructural: la defección estratégica í¢â‚¬â€œun concepto de la politóloga norteamericana Gretchen Helmkeí¢â‚¬â€œ del Poder Judicial frente a un poder polí­tico debilitado y en retirada, con un desgaste superior al de nes de mandatos anteriores. En los juzgados se leen encuestas, y cuanto más radicalizada aparece la alternativa de cambio, más adversos serán los componentes del Poder Judicial con el gobierno saliente para preservar su propia posición de cara al gobierno que viene. La virulencia cortesana también puede leerse en esa clave interpretativa, antes que como un resentimiento antiperonista. Rosatti y Maqueda son cuadros históricos de los peronismos de Santa Fe y Córdoba, mientras que Lorenzetti siempre mantuvo contactos uidos con sectores del peronismo referenciados en el gobernador Omar Perotti. Esos mismos lazos hoy lo hacen blanco de la furia de sectores de Juntos por el Cambio, como Elisa Carrió, formando una inesperada í¢â‚¬Å“Coalición de compresoresí¢â‚¬Â: Coalición Cí­vica (segmentando en Lorenzetti) junto con el Frente de Todos, manteniendo la narrativa del juicio sin juicio. Por su parte, Rosenkratz, el frí­o abogado corporativo que cuando fue designado por Macri aparentaba la posibilidad de un Neil Gorsuch argentino (1), derivó en un ip-opper (2), un juez cambiante de opinión que, desgastado por su falta de cintura polí­tica durante su presidencia de la Corte entre 2018 y 2021, se refugia en la resiliencia pragmática de sus compañeros, peronistas insurgentes contra el peronismo. Todo lo que parecí­a sólido se desvaneció en el aire.

Todos los actores están tomando posiciones frente a un tiempo que se observa fragmentado e inestable.

Todos estos movimientos son ecos iniciales de un cambio tectónico de mayor profundidad en dos dimensiones no directamente relacionadas: la posibilidad de atisbar el n de una promesa bicoalicional que apenas resistió una elección presidencial (2019), y la creciente secesión de la Corte Suprema de los campos magnéticos que afectan la dinámica del Poder central con sede en Buenos Aires. En otras palabras: todos los actores están tomando posiciones frente a un tiempo que se observa fragmentado e inestable. Y en esa geografí­a del poder, la Corte lleva años en la senda de fallar persistentemente en contra del Estado Nacional y en favor de los Estados provinciales, lo conduzca éste Cristina, Macri, Alberto Fernández o í‚¿ Javier Milei?. La posibilidad del próximo gobierno de designar la vacante dejada por Elena Highton de Nolasco después de su renuncia en 2021 es otro elemento que actúa como estí­mulo para estrategias defensivas frente a quien sea el inquilino de la Casa Rosada.

El impulso de autonomí­a concedido por Néstor Kirchner cuando barrió con la mayorí­a automática menemista fue haciéndose carne en las distintas camadas de jueces que fueron pasando. Con extracciones y orí­genes distintos, todos convergen en solidicar una autonomí­a defensiva frente a un poder polí­tico inestable de presidentes mendicantes de apoyo en el Congreso y bajo la presión de una opinión publica impaciente y hostil. No existen razones objetivas para pensar que este proceso de diferenciación vaya a frenarse en el corto plazo. Esta situación es positiva si se piensa en la independencia del Poder Judicial. Negativa, si esta independencia termina degenerando en el entusiasmo que Rosatti demostró en la última intervención frente a la Cámara de Comercio estadounidense en Argentina, cuando incluyó a la formulación de la polí­tica monetaria como un objetivo natural de la intervención de la Corte.

Las ondas expansivas del fallo
Volviendo a la cuestión de San Juan y Tucumán, la conrmación del reemplazo de Manzur por el ministro del Interior provincial, Miguel Acevedo, y el de Uñac por su compañero de fórmula, el intendente de General San Martí­n, Cristian Andino, abre dos interrogantes. Uno es hasta dónde puede llegar la Corte con esta nueva lectura sobre la legislación de mandatos en el ámbito local, y el otro es por la estructuración jerárquica del peronismo en las provincias si la onda expansiva del fallo cortesano tumba más cabezas.

Con respecto a las posibilidades intervencionistas en las provincias, las Constituciones varí­an y plantean escenarios distintos. En Formosa, la oposición, atormentada por la interna entre el comerciante hacendero Francisco Paoltroni y el ex Juez y actual diputado Fernando Carbajal, intentará replicar la táctica tucumanosanjuanina. El problema es que la actual constitución formoseña, producto de una reforma constitucional de 2003, reconoce abiertamente la reelección indenida en su artí­culo 132. La Corte deberí­a avanzar en la nulidad de ese apartado constitucional si quiere intervenir en esta lí­nea, lo que implicarí­a escalar a connes nunca vistos en términos jurisprudenciales. La argumentación de la diputada provincial Gabriela Neme, que señala problemas de quórum al momento de la alteración del texto constitucional, podrí­a ser un camino más suave para impugnar la reelección indenida. La acción de la Corte tendrí­a, además, potenciales consecuencias en Catamarca y Santa Cruz, donde rige el mismo principio. La Rioja y San Luis tuvieron constituciones que habilitaban la reelección indenida, pero ambas fueron reformadas en 2007, y desde ese momento se permiten sólo dos mandatos consecutivos. Pero en estas provincias el Zonda constitucional no altera equilibrios: Raúl Jalil en Catamarca, referente del ala más conservadora del peronismo catamarqueño y electo en 2019, renovarí­a recién su segundo mandato. Alicia Kirchner en Santa Cruz, gobernadora desde2015 y con 76 años, lleva meses alejándose de la posibilidad de una nueva candidatura, abriendo surcos en la
interna sucesoria de los intendentes: Javier Belloni (El Calafate), Pablo Grasso (Rí­o Gallegos) y Fernando Cotillo (Caleta Olivia). El peligro en este caso surgirí­a de una eventual impugnación de la ley de lemas santacruceña. Pero tampoco el panorama es promisorio: en 2018 la Corte declaró la constitucionalidad de la ley de lemas frente a un pedido de invalidez presentado por uno de los candidatos de la oposición, Eduardo Costa. Y lo rechazó por unanimidad.

Los temblores y suplencias en San Juan y Tucumán plantean la cuestión de la creciente mutualización del peronismo en las provincias.

Los modelos de gestión de la conducción partidaria exitosa en Córdoba y en Misiones bajo el rótulo del Frente Renovador; la dispersión destructiva en Jujuy, Chaco y Corrientes; la gestión colectiva, mancomunada y problemática, al estilo cooperativa, de varios liderazgos simultáneos al interior de los peronismos de San Juan, Tucumán, Santa Fe y Corrientes son todas señales de que la época de barones territoriales, conductores si no monolí­ticos, por lo menos bastante mayoritarios, parece ser una cuestión del pasado. El peronismo, una federación de partidos, ve federar el interior de cada una de sus federaciones para administrar la renovación de sus liderazgos con algo de control en una época de incertidumbre extrema. Familia disfuncional dependiendo de la geografí­a, elige pelearse en el comedor y no en la la del supermercado. La fragmentación del modelo de liderazgo partidario que se observa a escala nacional no es una anomalí­a. Lo es la falta de mecanismos de coordinación para gestionarla, algo que sí­ se ve en la gran mayorí­a de los peronismos provinciales. Mutualizar para contener la fragmentación. Abrazar la heterogeneidad para combatir fugas hacia (inevitables) nuevas ofertas electorales. Gestionar la incertidumbre aumentando los actores participantes en las decisiones, aún a costo de potenciar internas y visibilizar desajustes. Pegar los pedazos ojos para evitar que se vuelvan esquirlas de poder inmanejables o que se unan a otros jarrones.

Neuquinizate, neuquinizame.

 

1. N. de la R.: Neil Gorsuch es el juez de la Corte Suprema de Estados Unidos que fue nombrado por Donald
Trump.
2. Un veleta.

 

 

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