El escenario en La Feliz está marcado por la intención del gobierno de Vidal de apoyar a un candidato propio o, al menos, de una línea diferente de la del intendente Arroyo.
Entre tantas
rispideces y diferencias que hay en el armado político de varios distritos, un
factor común entre todos los dirigentes de Cambiemos con aspiraciones es que no
siga Carlos Fernando Arroyo en la Intendencia. El actual jefe comunal posee una
tensa relación con la Provincia, y en especial, con la Gobernadora Vidal. En
ese lote de candidatos quien tiene buenas chances es la concejala radical Vilma
Baragiola, quien tiene buena relación con Vidal. Pero Baragiola no la tiene
fácil, el actual Diputado Nacional Guillermo Montenegro también busca ser
candidato a la intendencia de Mar del Plata. De todos modos, si bien Montenegro
es un nombre con peso, las encuestas favorecen a Baragiola. Otra posible opción que se barajó era la
promesa del PRO, Maximiliano Abad, pero éste quedaría guardado para las
elecciones de 2023.
De todos modos, cabe mencionar que Arroyo aún sigue insistiendo con la
reelección, lo cual genera cortocircuitos con el gobierno provincial y nacional
(quienes buscan promover a Montenegro) y con el radicalismo de la provincia
(quien promueve y apoya la candidatura de Baragiola.
Desde la provincia se manejan con cautela y precaución: saben que la interna es
un riesgo, porque si bien la gestión de Arroyo no es buena, saben que aún
conserva un caudal de votos importante y necesario para ganar. Así, se maneja
una opción tentadora: se lo buscará tentar para que se incluya en la nómina de
diputados provinciales a su hijo Guillermo Arroyo, más dos concejales en la
lista municipal. De este modo, se buscará que el actual Intendente dé un paso
al costado en su búsqueda por la reelección sin confrontar con el candidato que
promueva Vidal o el radicalismo provincial.