Tullio: «Las PASO solo funcionan y se justifican si son universales»

TullioEn entrevista con el Coordinador General del sitio, el ex Director Nacional Electoral habló sobre la necesidad de mantener las PASO, remarcando los avances que se lograron desde su implementación y mencionando los aspectos a mejorar. Desmintió la teorí­a del agotamiento cí­vico y sugirió un mejor tratamiento en la conformación de alianzas electorales con el objetivo de alcanzar una coherencia programática.

Nicolás Cereijo: En las últimas semanas trascendió que en el proyecto de reforma que el gobierno nacional estarí­a enviando al Congreso se modificarí­a la cualidad de primarias obligatorias por “optativas”. Al respecto se esgrimieron varios argumentos, uno de ellos fue el de «no cansar a la gente». ¿Le parece válida esta idea?

Alejandro Tullio: No hay sustento empí­rico para esa afirmación. La única medida suficientemente amplia de acuerdo o desacuerdo con la cantidad de veces que se vota no son las manifestaciones que se hagan sino el í­ndice de participación electoral. Estos últimos son absolutamente satisfactorios y desmienten la pretendida teorí­a del «agotamiento cí­vico». Creo que no se piensa en hechos ni en ciudadanos cuando se habla de esto, sino de intereses contrarios al debate polí­tico. En el caso de las PASO, solo funcionan y se justifican si son universales. Son parte de un  proceso y el voto aquí­ es tan «sufragio» como en la general, por lo tanto esta alcanzado por la definición constitucional de su obligatoriedad.

NC: Además circuló otra idea que consiste en que el ciudadano pueda votar únicamente dentro de una misma fuerza. ¿Qué le parece?

AT: Eso se habla para las PASO y hay que ver como se implementa. Tiene lógica desde el punto de vista de la construcción de espacios partidarios pero va a contramano del derecho a combinar la oferta electoral o «cortar boleta» como fuera tan propugnado en el pasado reciente. Vale decir que me resulta interesante porque permite efectuar una opción más coherente y despersonalizar la polí­tica pensando en opciones partidarias.

NC: En diversas publicaciones de especialistas en materia electoral, se menciona un fuerte inconveniente en la coherencia con la cual se arman las alianzas electorales. Actualmente la legislación poco trata sobre el tema…

AT: En primer lugar se trata de una cuestión más bien de honor en la que serí­a deseable que los candidatos tuvieran un mayor compromiso con la agrupación por la que fueron elegidos  y con sus electores – nótese que el ciudadano los votó no una sino dos veces (en la primaria y la general) – dándole mayor previsibilidad y estabilidad a la polí­tica y las instituciones. Creo que los reglamentos parlamentarios deberí­an establecer que los bloques parlamentarios se deben corresponder con la denominación de las agrupaciones por las que fueron electos los legisladores quienes por alguna razón se separen del bloque, continúen con su  mandato individual pero sin poder conformar otro bloque.

NC: ¿Y en cuanto a la conformación de la alianza electoral?

AT: Como se sabe, la competencia electoral ha mutado en nuestro paí­s. La arquitectura institucional está diseí±ada para la competencia entre partidos, la ley establece la necesidad de requisitos y normas internas partidarias (cartas orgánicas), la Justicia evalúa su contenido y adecuación a los cánones constitucionales (democracia interna, participación de las minorí­as, etc.). Sin embargo, a la hora de la oficialización de agrupaciones las alianzas electorales son las que participan y de esa manera todas las exigencias que las normas ponen a los partidos pueden ser evitadas.

El régimen de postulación de candidaturas anterior a la ley 26.571 le otorgaba la misma legalidad a una candidatura surgida de una interna abierta, una interna cerrada, un congreso o un acuerdo de cúpulas. Con las PASO se buscó – y en este sentido se logró – que las candidaturas, aún las únicas, surgieran de un solo mecanismos electoral donde la legalidad (fundamento normativo de una situación) se correspondiera con una igual legitimidad (fundamento sociológico de la misma situación). Esto surge de la interacción de la postulación obligatoria para los partidos polí­ticos, la participación igualmente obligatoria del cuerpo electoral y la necesidad – en tanto sistema de habilitación de candidaturas – de obtener un piso mí­nimo del 1,5% de los votos emitidos lo que agrega legitimidad a la oferta electoral.

Si comparamos la cantidad de oferta electoral fragmentada anterior a 2011 con la actualidad podemos verificar que si bien sigue habiendo multiplicidad de partidos, se tiende a una agregación para lograr impacto en las PASO, deteniendo la tendencia a disgregado fragmentar la oferta electoral.

NC: Para terminar, transcurridos 7 aí±os de la última reforma polí­tica, ¿qué balance general hace?

AT: Como opiné en Argentina Elections a principio de aí±o, hay cosas que funcionaron muy bien, como el Régimen Público de Campaí±as Electorales o las PASO (sin cuya articulación hubiera sido difí­cil crear un contener tendencias tan dispares como las que forma Cambiemos) y otras que no funcionaron tan bien como las medidas para racionalizar la proliferación de partidos polí­ticos.

Pero el balance es positivo, sin perjuicio que se debe avanzar en materias como fortalecer las capacidades y autonomí­a de las autoridades electorales tanto administrativos como de control, extender a los regí­menes provinciales la normativa de financiamiento y control patrimonial de partidos y regular las alianzas y adhesiones de forma de agregar intereses y ordenar la oferta electoral.

 

 

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