La Dra. Diamint, profesora de la Universidad de Di Tella, participó de nuestro cuestionario en vistas de las elecciones de junio. De acuerdo a Diamint í¢â‚¬Å“la sociedad prefiere la continuidad institucional, pero no dará un cheque en blanco al gobiernoí¢â‚¬Â por lo que evalúa un escenario político complicado luego de los comicios. Por Hugo Passarello Luna.
Rut Diamint es profesora en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y Universidad de Bologna. Obtuvo becas de U.N. Commission for Peace Studies-International Association of University Presidents (IAUP); Fulbright Research Scholarship, The Latin American Program of Woodrow Wilson Center, Thinker Professor, el PIF Programs del Gobierno de Canadá. Ha escrito numerosos artículos en libros y revistas académicas sobre cuestiones de seguridad regional y hemisférica, cuestiones cívico-militares y temas de desarme. Sus últimos libros son: co-editora de El Rompecabezas, conformando la seguridad hemisférica en el siglo XXI (2006) y autora de Democracia y Seguridad en América Latina publicado en 2002.
1. Luego de dos años de presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, el conflicto con el campo y con la derrota electoral en Catamarca en marzo de 2009 í‚¿Cree usted que el panorama electoral ha cambiado desde las elecciones presidenciales de 2007 siendo ahora desfavorable al kirchnerismo? Si es así í‚¿Cuál cree usted que fueron las principales causas que llevaron a esta situación? De no ser así, í‚¿Cuál cree usted son las razones de la fortaleza del movimiento kirchnerista?
Se presume que las elecciones de junio de 2009 no serán favorables al gobierno. El kirchnerismo seguramente será la primera mayoría, pero perderá un porcentaje de sus bancas provinciales y nacionales.
Los voceros del gobierno argumentan que hay un proyecto progresista, con intenciones redistributivas. Ante ello, dicen, los tradicionales grupos de poder reaccionan en defensa de sus privilegios.
La oposición remarca los errores del gobierno, centralmente, lo que se ha llamado el doble comando, o sea, el predominio de Néstor Kirchner en la toma de decisión, acompañado por un notorio debilitamiento de los roles institucionales: ministros paralizados, peleas entre funcionarios, agotamiento de ministros que provienen de la administración anterior, ausencia de debate, encierro de cúpulas, etc.
El gobierno hizo una lectura errónea de la realidad recurriendo a conceptos del pasado. La gestión de Cristina Fernández de Kirchner instaló una división social entre el campo y los trabajadores. La identificación del sector agrario como un grupo de ávidos apátridas, que podía ser acertada hace 30 años atrás, no equivale a esta agrupación muy heterogénea de entidades que representan intereses diversos, y a veces, contradictorios. Esa antinomia construida por el gobierno que no condice con la realidad, quitó poder y apoyo al kirchnerismo, que licuó capital político, al mismo tiempo que se distanciaba de las expectativas de los sectores populares.
Esta auto inmolación gubernamental se alimentó también de errores en política exterior, ausencia de políticas públicas, actitudes reactivas ante hechos de origen interno y externo, junto con otros condimentos no provocados por ellos, como la crisis financiera internacional y sus secuelas, o el cambio de las bases de poder de gobiernos aliados, como es el caso de Venezuela. En conjunto, una pérdida de poder que no podrá recuperarse.
2 y 3. En las últimas elecciones nacionales la oposición no pudo brindar una alternativa que convenciera a la ciudadanía ante la propuesta kirchnerista y se mostró desunida formando alianzas que duraban lo que dura una campaña í‚¿Cuáles han sido, —a su juicioí¢â‚¬â€ las claves para entender la imposibilidad de formar una oposición fuerte? í‚¿Cree que en estas elecciones el escenario opositor será diferente?
La última elección nacional estuvo signada por varias alianzas partidarias (Frente para la Victoria, Coalición Cívica, Una Nación Avanzada) compuestas ellas por varios miembros de partidos políticos tradicionales. í‚¿Cree que esta elección presentará el mismo escenario partidario? í‚¿Cuál cree que será el futuro de los partidos políticos tradicionales (PJ, UCR)?
Algunos avezados políticos dicen que las elecciones próximas parecen una interna peronista. Las alianzas de la oposición se conforman con políticos provenientes de los mismos troncos partidarios, aunque se puedan reconocer algunas cosmovisiones diferentes. Se organizan detrás de liderazgos personalistas, pero no tienen programas, no enuncian valores y no predomina una ideología partidaria. Cometen exactamente los mismos errores que denuncian en el oficialismo. De todas formas, hay una diferencia entre la coalición de Lilita Carrió y la de Mauricio Macri. El macrismo entendió que sin apoyo popular no se ganan elecciones y por ello, ha desplegado numerosas estrategias populistas, pero tiene menos propuestas de las que todavía hoy se alimentan los peronismos y menos valores de los que propicia la alianza de Carrió.
En 1983, Raúl Alfonsín interpretó una demanda ciudadana de reconstrucción de la política y convocó a la ciudadanía detrás de la idea de recuperación de la república. Las alianzas actuales, no promueven valores de esa envergadura. No plantean tampoco un modelo de Estado y de sociedad. Por ello, seguirán siendo alianzas ad hoc, que eventualmente pueden ganar una elección pero que muy difícilmente se conviertan en una alternativa política de peso. El peronismo seguirá existiendo como partido porque todavía usufructúa los triunfos del pasado í¢â‚¬â€œy dicho sea de paso- los fracasos de los otros. El radicalismo tendría que hacer una lenta campaña de rearmado partidario, pero se juega por ganar algunos tantos en las elecciones próximas. Los partidos no desaparecerán pero significaran mucho menos, tendrán menor poder de convocatoria y se alistarán detrás de un candidato u otro, negociando un triste lugar en la lista.
4. Luego de las dificultades para votar que se tuvo en la ultima elección nacional, con electores votando hasta dos horas después del cierre, se discutió a nivel nacional y provincial la necesidad de hacer una reforma electoral (en el caso de la provincia de Córdoba efectivamente se realizó) en la que se incorporen, entre otras cosas, la boleta única, el voto electrónico, el voto no obligatorio, y la creación de un ente electoral que no dependiera del Poder Ejecutivo. í‚¿Considera usted factible y necesario la posibilidad de una reforma electoral? í‚¿Cuáles serian a su juicio los principales elementos que debieran ser debatidos en una posible reforma?
No soy especialista en temas electivos, pero es evidente que el sistema electoral mantiene las trampas del pasado. En este punto me parece importante resaltar que no alcanza con la voluntad de algunos legisladores. Es necesario un impulso claro de la sociedad civil. Esa demanda ciudadana obligará a los representantes a asumir la agenda de reforma, pues de lo contrario queda como una prerrogativa del Poder Ejecutivo, municipal, provincial y nacional.
5. En líneas generales í‚¿Cuáles cree serán los principales desafíos de esta administración luego de las elecciones legislativas?
Después de junio quedan más de dos años de gobierno en los cuales habrá que negociar í¢â‚¬â€œcomo siempre sucede- con varios actores de la vida política. Primero, con los gobernadores que manejan una amplia cuota de poder, y que en algunos casos ahora se enfrentan con el gobierno. El juego de usar la caja ya no da resultados y eso llevará a compartir intereses, lo cual puede ser positivo para el sistema democrático. En segundo lugar, con los sindicatos que se manifiestan desilusionados ante un discurso que repite sistemáticamente los logros de Néstor Kirchner para superar la crisis de 2001. En 2009 los trabajadores demuestran que el gobierno no defiende sus intereses y aparece incluso una advertencia de conformar un partido obrero, con Moyano como un Lula argentino. Tercero, se negociará con los empresarios quienes ya no tienen las ventajas comparativas de los últimos cuatro años y que habitualmente se acercan a los candidatos que perciben como posibles ganadores. Para ellos, el kirchnerismo está en proceso de desintegración y su posición será por lo tanto, más inflexible.
La eterna campaña electoral por la sucesión comenzará inmediatamente después de las elecciones legislativas. Los Kirchner perdieron la capacidad de disciplinamiento del que disfrutaron anteriormente. Por ello, tendrán un Congreso más complejo que se irá modificando en función de la construcción de nuevas lealtades y consecuentemente, tensiones, enojos, maltratos. El resto de la sociedad mirará estos juegos de poder sintiendo que ninguno de estos actores se compromete realmente con sus necesidades más vitales.
El escenario post junio de 2009 resuena complicado, y en gran parte su futuro dependerá de cómo quede conformado el Congreso. La sociedad prefiere la continuidad institucional y el cumplimiento de los plazos establecidos, pero no dará un cheque en blanco al gobierno, y los políticos ya han demostrado otras veces que se deleitan con las crisis ajenas. Esperemos que no contribuyan a una ruptura anticipada del ciclo político.