700 partidos polí­ticos en Argentina

En este artí­culo de Laura Serra se observa un paisaje sumamente poblado de partidos polí­ticos en Argentina a pesar de la fuerte apatí­a de la sociedad frente a la polí­tica y sus representantes.


Récord histórico: en la Argentina ya hay más de 700 partidos polí­ticos
Laura Serra
La Nación
18 de Febrero del 2008
Nunca antes hubo tanta apatí­a en la gente por la polí­tica y, paradójicamente, nunca antes hubo tantos partidos polí­ticos y afiliados en la historia argentina.
Los datos son elocuentes: según un informe elaborado por la Cámara Nacional Electoral, en todo el paí­s hay inscriptos 716 partidos polí­ticos (entre nacionales y de distrito), lo que significa un 43% más de los que habí­a en 2001, cuando estalló la mayor crisis económica y social de las últimas décadas, que marcó un punto de inflexión en la credibilidad de la gente en la polí­tica.
Desde entonces, la participación de los ciudadanos en actividades partidarias cayó en picada, a tal punto que en las últimas elecciones presidenciales sólo el 72% de los ciudadanos se acercaron a las urnas a elegir un candidato. Fue el í­ndice más bajo desde 1928.
En este contexto de indiferencia generalizada resulta también contrastante la alta cantidad de afiliados: según el informe de la Cámara Electoral, más de 8 millones de ciudadanos están inscriptos en un partido, un 30% del total del padrón electoral.
El ranking de agrupaciones nacionales con más afiliados es encabezado por el Partido Justicialista, con 3,6 millones, y la Unión Cí­vica Radical, con 2,5 millones, pese a vivir una profunda crisis.
Resulta evidente que estas cifras se dan de bruces con la realidad. Por esa razón, el Gobierno pretende impulsar una reforma en los partidos, con el argumento de corregir las falencias que demuestra el sistema, tal como informó La Nacion la semana pasada.
Si bien coincide con la necesidad de aplicar reformas, la oposición teme que la estrategia del kirchnerismo sea, en realidad, puro maquillaje para erradicar del mapa polí­tico a los partidos chicos. Algunos dirigentes recuerdan la experiencia de la reforma del Consejo de la Magistratura, impulsada con bombos y platillos por la actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y por la cual se disminuyó el número de miembros para favorecer, a su juicio, al oficialismo.
La oposición sostiene que una verdadera reforma polí­tica pasarí­a, entre otras cosas, por la eliminación de las llamadas listas colectoras, que inundaron de boletas los cuartos oscuros en las últimas elecciones presidenciales y que sirvieron para consolidar el poder kirchnerista.
Estas listas colectoras, sumadas a otras decenas de partidos polí­ticos participantes, provocaron un verdadero caos para el votante en el cuarto oscuro. Así­, la Cámara Nacional Electoral lanzó un llamado de atención a los partidos «por los inconvenientes con que se enfrentaron los votantes».
«Creemos que ha llegado el momento de mencionar y reflexionar sobre otro de los sistemas de votación, el de boleta única suministrada por el tribunal electoral, en la cual el votante marca la opción elegida. Es el que se utiliza en nuestro paí­s para los electores privados de libertad y para los argentinos residentes en el exterior», propusieron, al introducir el informe, el presidente del cuerpo, Rodolfo Munné, su vicepresidente Alberto Dalla Via y el juez Santiago Corcuera.
Un sistema atomizado
Más allá de qué tipo de reforma se instrumente finalmente, lo cierto es que el sistema actual de partidos polí­ticos evidencia múltiples problemas, uno de los cuales es la proliferación de agrupaciones.
Esto obedece, en buena parte, a que en 2002 se flexibilizó uno de los requisitos para crear partidos: se derogó una cláusula que establecí­a la caducidad inmediata de aquellos que no alcanzaran en dos elecciones consecutivas al menos el 2% de los votos sobre el padrón electoral.
Así­, a partir de 2003 y hasta 2007, un récord de 400 partidos fueron reconocidos como tales. Según el informe de la Cámara, en la actualidad la Capital Federal y Buenos Aires lideran el ranking de distritos con más agrupaciones polí­ticas, con 67 y 66 partidos respectivamente. Los siguen Córdoba (45), Formosa (35) y Catamarca (33).
Esta multiplicación de partidos, consecuencia imprevista de la reforma de 2002, motivó que cuatro años después y con las consecuencias a la vista los legisladores decidieran volver sobre sus pasos: en diciembre de 2006, restablecieron por ley ese piso del 2 por ciento.
Pero, en el medio, muchas agrupaciones y «sellos de goma» se crearon, se financiaron y se siguen financiando del Estado, que cada año destina a todos los partidos recursos para su sostenimiento (aportes partidarios permanentes) y, en los años electorales, fondos para sus campañas y para la impresión de boletas.
El financiamiento público ha sido una de las principales motivaciones para que se fundaran nuevos partidos. A esto se suma que, desde 1985 (hace 23 años) no se actualiza el requisito de avales que se necesitan para crear una agrupación polí­tica.
Según la ley 23.298, un partido de distrito requiere la adhesión de un número de electores no inferior al cuatro por mil del total de los inscriptos en el registro electoral correspondiente, con un tope máximo de un millón de firmas.
Los partidos de distrito reconocidos que resolvieren actuar en cinco o más distritos con el mismo nombre, declaración de principios, programa o bases de acción polí­tica pueden solicitar su reconocimiento como partido a nivel nacional, dice la norma.
Las sanciones
Si bien muchos partidos polí­ticos fueron creados en estos últimos años, muchos otros también sufrieron sanciones e incluso caducaron como tales por no cumplir con los requisitos vigentes en la ley.
Por el control que realiza la Cámara Electoral, 68 partidos caducaron en 2004; 45, en 2005; 50, en 2006 y otros 48, en 2007.
La mayorí­a de las caducidades se produjeron porque las responsables partidarios no presentaron los libros contables correspondientes ni el acta de designación de autoridades.
Otro dato llamativo del informe de la Cámara Nacional Electoral es que no todos los partidos polí­ticos creados participaron en las elecciones, y mucho menos obtuvieron alguna representación parlamentaria.
Por tomar un distrito, en la Capital, en 2005, habí­a 67 partidos reconocidos, pero sólo 26 (22 de los cuales compitieron en alianzas) obtuvieron representación en la Cámara de Diputados, según el informe. Estos datos constituyen la base del análisis que por estos dí­as realiza el Ministerio del Interior, que conduce Florencio Randazzo, con miras a una futura reforma.
Una ronda de consultas informal con partidos de la oposición ya comenzó en el Congreso, aunque la palabra final la tendrá la presidenta Cristina Kirchner.