La candidata oficialista, junto a su marido, el Presidente Néstor Kirchner, se reunieron con el mandatario de los Estados Unidos. La primera dama también participo de un almuerzo con sectores de negocios estadounidenses.
Cobos viajara hoy rumbo a Tucumán
Bromas con Clinton sobre el rol de los maridos si ellas son presidentas
El tiempo le alcanzó para un cambio de vestuario. Alcanzó a su marido en el lobby y ambos salieron del hotel Four Seasons, en la 57 y Madison, rumbo al Sheraton, en la 7ma y 52. Bastante cerca, si esto no fuera Nueva York.
Cristina y Néstor Kirchner -a partir de ayer, en esta gira va primero ella- estuvieron allí a solas durante 45 minutos con Bill Clinton, hoy una de las figuras más populares de los Estados Unidos.
Kirchner expondrá hoy en la reunión anual de la llamada Iniciativa Clinton sobre las presiones de la globalización en América latina, para lo que fue invitado por el ex presidente norteamericano.
Difícil que Kirchner se entregue fácilmente ante nadie, pero la fascinación que ejerce Clinton era inocultable en el rostro de la candidata cuando cruzaron un diálogo desordenado con un grupo de periodistas argentinos a la salida.
«Nos felicitó por la recuperación económica», se limitó el Presidente, dando un paso atrás. «La reunión fue estupenda -dijo ella-. Se mostró sorprendido por la recuperación, una característica que observamos en todos los líderes mundiales, porque la caída fue muy profunda». Las declaraciones de la senadora se las debemos a la demora en disponer de los automóviles que mostró la organización.
í‚¿De qué hablaron? La prensa reconstruyó los temas de la reunión de una única fuente, el cónsul en Nueva York, Héctor Timerman.
Clinton mostró interés en los nuevos liderazgos en América Latina, y pidió opinión sobre el caso de Chávez. Podemos imaginar la respuesta del matrimonio: lo más interesante que dijo últimamente Cristina de Chávez fue sobre su rol como proveedor energético de la región y su semejanza con Europa y Putin. No debe haber faltado esa idea.
Clinton se mostró totalmente liberado de prejuicios cuando la conversación los llevó hacia Bolivia. La siguiente frase será titular de algunos periódicos en La Paz: «Si yo fuera un minero boliviano con hijos y sin trabajo, votaría a Evo Morales», dijo.
La fuente reiteró la posición de Clinton sobre la recuperación económica argentina. Y vaticinó que la Argentina, tanto como Brasil, serán «países muy exitosos en muy poco tiempo», a raíz de su capacidad de producción de alimentos y biocombustibles.
La senadora llevó un tema que acababa de tocar con los empresarios cuando Clinton le preguntó sobre su programa educativo: la necesidad de complementar la investigación en el campo científico con el desarrollo productivo en la Argentina. Clinton mostró interés en esto.
Promotor en 2000 del acuerdo de Camp David, que mostró el apretón de manos entre el líder palestino Yasser Arfat y al entonces primer ministro israelí Ehud Barak, Clinton habló de su visión sobre el conflicto en Oriente Medio y sobre la situación en torno a Irán y su programa nuclear, a raíz de las sanciones que proyecta el Consejo de Seguridad sobre Teherán.
«Nos preguntan siempre a qué nos vamos a dedicar cuando ellas sean presidentas», dijo el norteamericano, por la campañas gemelas de Cristina y Hillary, principal candidata demócrata para la elección presidencial de noviembre de 2008.
El mismo Clinton siguió: «Te propongo una respuesta común: yo voy a hacer todo lo que ella me ordene».
A diferencia de Clinton, Kirchner tiene chances de regresar a la Presidencia algún día no tan lejano.
Igualmente, la respuesta sobre Cristina se las dio a los periodistas, afuera, en medio de los empujones de la salida: «Yo voy a ser su jefe de Protocolo».
Cristina habló ante empresarios en EE.UU. y les pidió inversiones
Walter Curia
Clarín
27 de Septiembre 2007
Habrá sido un descuido, pero a la hora de hablar de empresas, la señora de Kirchner no mencionó ni una sola de origen norteamericano y sí al menos tres de origen europeo, cuando tuvo que dar algunos buenos ejemplos de la recuperación económica argentina. Nadie se sintió molesto, sin embargo, en ese ámbito familiar para los hombres y mujeres del poder en América latina, el Consejo de las Américas, donde la candidata expuso ayer algunas líneas de lo que, con probabilidad, será su gestión como presidenta.
Puede afirmarse que ayer, en el Palm Room del Walsdorf Astoria, empezó la agenda de Cristina. La senadora volvió a demorar el almuerzo de centenares de hombres de negocios -había pasado ya en la UIA en Buenos Aires- con un mensaje sin papeles en el que, sobre todo, habló de la principal obsesión de generaciones de argentinos: por qué no hemos podido encaminarnos hacia el desarrollo. Prometió consolidar los logros del gobierno del presidente Néstor Kirchner en materia macroeconómica y abrió las puertas a las inversiones extranjeras. «Creemos que ganar dinero no es pecado», dijo, una versión suavemente adaptada de la frase con que Deng Xiaopin cambió China en 1978: «Ser rico es glorioso».
«Hoy nos ofrecemos a todos los que vienen a invertir a la Argentina», dijo Cristina. «Para nosotros, la rentabilidad no es un pecado, pero también creemos que esa rentabilidad tiene que llegar al conjunto de la sociedad», agregó.
Se sabe que hay cierto encantamiento por Cristina en Susan Seagal, presidenta y CEO del Council of the Americas. Pero ésta es una sociedad de negocios y para los negocios, fundada a mediados de los 60 por David Rockefeller, todavía presidente honorario, en la que se ha recibido con igual entusiasmo a Domingo Cavallo. Corrección: con más entusiasmo.
En la mesa principal la escuchaban Tom Shannon, subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, o el hombre de Bush para la región, y William Rodhes, chairman, presidente del Citicorp.
No trascendió el contenido de la -breve- charla que compartieron con Cristina luego, tras el almuerzo. Pero vale recordar una frase de Kirchner frente a esos dos mismos personajes en la misma situación, un año atrás: «Fue todo elogio. Es natural: estaba yo».
Para volver al mensaje de Cristina, la senadora presentó a la Argentina de hoy como un país de dos incógnitas: la de su fracaso en alcanzar el desarrollo, a lo largo de su historia, y la de su capacidad de recuperación después de la peor de las crisis.
La candidata buscó en el mismo lado para encontrar algunas respuestas: «La larga historia en mi país de antagonismos entre modelos económicos».
Cristina se tomó de los números macro para demoler mitos. Y casi se mete en un lío. Comparó la solidez fiscal del gobierno de su marido con la del ex presidente Bill Clinton. «Es un cliché que los demócratas y los progresistas no somos responsables con los números… A Clinton lo siguió un gobierno… Shannon me mira, así que no me quiero inmiscuir». Hablaba del doble déficit de la administración republicana de George Bush.
Fue una mirada sobre los resultados del gobierno de Kirchner y apenas pasó de eso. Cristina lo advirtió, cuando en más de una ocasión se preguntó: «Ustedes quieren saber qué sigue…»
Prometió «certeza, previsión y estabilidad». No pareció cumplir con esa expectativa, sin embargo.
Recogió su propuesta de un acuerdo social como eje para el crecimiento, al que sumó a los hombres de finanzas a trabajadores y empresarios. Se quejó: «Están prestando para el consumo, pero no para la producción».
Mencionó el tema energético como un problema mundial, y les recriminó a los que no invirtieron en esa área «porque no creían». Faltaron temas: la impresión fue que las cuatro preguntas que respondió habían sido escogidas (ver página 4).
Habló de Kirchner, finalmente, el gran ausente: «Ya hemos hecho la parte más difícil. Tenemos crédito».
Los Kirchner tuvieron su foto con Clinton, pero no con Hillary
La Nación
27 de Septiembre 2007
Medio Oriente, Evo Morales, el futuro de la Argentina y de ellos dos, Néstor Kirchner y Bill Clinton, fueron parte del encuentro que ambos y la senadora y candidata Cristina Fernández mantuvieron ayer en esta ciudad, dijeron anoche a LA NACION dos miembros de la comitiva argentina.
«Si yo fuera un minero boliviano, con hijos y con hambre, también hubiera votado a Evo», dijo el ex mandatario demócrata a los Kirchner, según el cónsul en esta ciudad, Héctor Timerman, cuando juntos repasaron la realidad de América latina.
Clinton también pidió al matrimonio Kirchner que le diera «una explicación sobre Hugo Chávez», pero no sobre los vínculos de la Argentina con el presidente venezolano, sino del bolivariano en sí y de los intereses que persigue. También la Argentina y Brasil fueron parte del diálogo, sustentado por un intérprete de la Cancillería, en uno de los hoteles Sheraton de la Séptima Avenida de esta ciudad, donde el ex presidente protagoniza la Clinton Global Initiative para tratar de resolver problemas mundiales.
«Dijo que por su capacidad en el mercado de los alimentos, la Argentina y Brasil tendrán un desarrollo explosivo», comentó Timerman, lo que confirmó luego el vocero del Presidente, Miguel Núñez, aunque Brasil también afrontará una «limitación en el rubro alimentario» por las características propias de su industria del etanol.
Sorpresa
Al salir del encuentro, la senadora Kirchner señaló que Clinton también se había mostrado «sorprendido» por el «grado de recuperación» de la Argentina, tras la crisis de fines de 2001 y principios de 2002. «La reunión fue estupenda», celebró, mientras el Presidente daba dos pasos hacia atrás para cederle todo el protagonismo.
Timerman y Núñez detallaron luego sobre los Kirchner y los Clinton la inusual «coincidencia» de que ambas mujeres fueran senadoras, abogadas y candidatas a presidente. Fue entonces cuando el también ex gobernador de Arkansas se permitió una broma. Ante la pregunta sobre qué pensaba hacer si su esposa, Hillary Rodham, ganara la Casa Blanca en las elecciones de noviembre de 2008, Clinton, el líder demócrata con mejor imagen popular de las últimas décadas, respondió: «Voy a hacer lo que me ordene».
Hillary fue la gran ausente de la reunión, aunque el Gobierno optó no preguntar por ella, ni mucho menos solicitar su presencia, en medio de su campaña para alzarse con la nominación demócrata. Anoche, Hillary participó junto con otros siete postulantes demócratas en un debate que tuvo lugar en New Hampshire, el segundo estado en el que se celebrarán las primarias en enero próximo, después de Iowa.
Pero hoy, mientras Kirchner será parte de un panel de la Iniciativa Global de Bill Clinton, Hillary participará en un evento de embajadores que explicitarán su apoyo a su campaña en Brooklyn, en las afueras mismas de esta ciudad.
El posible ascenso de ambas mujeres a sendas presidencias llevó también a la senadora argentina a desmarcarse al menos dos veces de una duda que entiende machista, aun cuando surgió durante su charla con Clinton. «í‚¿Por qué todos preguntan que hará Kirchner si soy presidenta? í‚¿Por qué a él no le preguntaron en 2003 qué haría yo si llegaba a la Casa Rosada?»
Comparaciones
í¢â‚¬Â¢ NUEVA YORK. (De un enviado especial).- Dijo que no quería meterse en la política interna, pero Cristina Fernández de Kirchner no pudo contenerse y hacer comparaciones. A Bill Clinton los republicanos lo acusaban de mal administrador y él dejó un superávit multimillonario que los republicanos gastaron después, dijo. «Es igual que con los progresistas en la Argentina, que nos acusan de malos administradores, mientras que los economistas liberales, con fama de buenos administradores, llevaron al país al peor endeudamiento de la historia», sostuvo la candidata presidencial del oficialismo.
Cobos llega a Tucumán en plena campaña electoral
Primera Fuente
28 de Septiembre
Mientras se recalienta la campaña presidencial, mientras ya se encuentra en Tucumán el candidato a presidente por el Movimiento de Provincias Unidas, Jorge Sobisch, el candidato a vicepresidente por la formula kirchnerista (que lidera la primera dama Cristina Fernández), Julio Cobos, llegará a las 16 a la provincia para presentar su propuesta política como máximo referente de la agrupación Concertación Plural que lidera el legislador alperovichista Jorge Mendía. El gobernador de Mendoza tiene previsto brindar una conferencia de prensa a las 17 en el hotel Catalinas Park. Por estas horas, Cobos está envuelto en las escandalosas mediciones de la inflación luego de que las cifras de la Dirección de Estadísticas de su provincia no coincidieron con las que difundió el Indec días atrás.