Scioli, la candidatura de Balestrini y Cristina Fernández


El vicepresidente presentó ayer en La Matanza a su compañero de fórmula para competir por la gobernación bonaerense
La Nación
5 de Agosto de 2007
En una pizzerí­a, en pleno centro de San Justo -a metros del edificio de la municipalidad La Matanza-, el Frente para la Victoria presentó ayer oficialmente, sin bombos, banderas ni colectivos, la fórmula integrada por Daniel Scioli y Alberto Balestrini, con la que el kirchnerismo competirá electoralmente para conservar bajo su dominio la gobernación bonaerense.
Los candidatos llegaron al sitio elegido caminando juntos y durante la conferencia de prensa organizada para formalizar el anuncio se prodigaron abrazos, sonrisas y elogios. «Es un orgullo», dijo Scioli sobre su compañero en el binomio oficialista. «Es un excelente polí­tico», le devolvió Balestrini.
En el interior del local, donde los que saben dicen que se cocina la rosca polí­tica local, se ubicó un nutrido grupo de colaboradores, amigos y familiares de los postulantes, mientras afuera sólo un puñado de militantes de la Juventud Peronista local cantaba «la marchita» -a la que se animó también Karina Rabolini- y, sobre todo, vitoreaba al lugareño y al intendente local, Fernando Espinoza, quien ofició de anfitrión.
Parados a un costado de la barra y delante de una bandera argentina pegada a la pared con cinta adhesiva, ambos candidatos agradecieron al matrimonio presidencial por la confianza depositada en ellos y resaltaron su compromiso con el proyecto liderado por el presidente Néstor Kirchner y su esposa, Cristina Fernández.
A la hora de las promesas, Scioli eligió un genérico «es mucho lo que vamos a hacer» y repitió su ya famosa frase de que quiere que la provincia de Buenos Aires sea «la palanca de desarrollo del paí­s». Balestrini, quien recalcó su condición de peronista, aunque no hiciera falta, fue apenas más audaz: «Vamos a hacer la mejor gobernación, porque nos merecemos mucho más de lo que tenemos», señaló, sin que ninguno de los candidatos mencionara al actual gobernador, Felipe Solá.
«En este sitio histórico, en el corazón popular del conurbano, tengo el honor de presentar a quien me acompañará en la fórmula: Alberto Balestrini», dijo Scioli, para dar forma a lo que, a esas alturas, ya todos sabí­an.
El vicepresidente destacó las diversas responsabilidades asumidas por el matancero durante su trayectoria polí­tica, recordó su inicial apoyo al kirchnerismo y ensalzó su capacidad para «construir consensos».
Lo hizo al explicar el motivo por el cual, dijo, le habí­a propuesto a Kirchner, al regreso de su gira mexicana, que fuera Balestrini quien lo acompañara en la fórmula. «Puede complementarse bien conmigo y a él [por el Presidente] le pareció bien», contó, en intento de aventar las versiones de que la elección habí­a recaí­do exclusivamente en Kirchner.
«Se habló mucho de esto [por la conformación de la fórmula] y si me hubiese dejado llevar me habrí­a vuelto loco», dijo al reconocer su enfado con las especulaciones previas al anuncio de ayer que habí­an circulado en los medios de comunicación.
Scioli contó que sólo anteayer, al visitar a Balestrini en su despacho, habí­an hablado por primera vez y frente a frente de compartir la fórmula del oficialismo para la gobernación.
Frente a la afirmación del titular del Senado de que le gustan «los vices activos, de modo que vamos a trabajar codo a codo» con Balestrini, el flamante integrante de la fórmula se atajó con una ironí­a: «Trabaja como un animal, no se cómo le voy a seguir el ritmo en la campaña».
«Con Alberto coincidimos en la visión de la Argentina y en la de la provincia. Yo le estoy muy agradecido por aceptar acompañarme en este camino para profundizar el cambio», apuntó el vicepresidente, quien evitó hablar de una eventual candidatura a gobernador del empresario Juan Carlos Blumberg. Dijo que le tiene «mucho respeto al interior provincial», al responder una pregunta sobre por qué la fórmula no estaba integrada por un hombre del interior bonaerense, como es tradicional.
Además, llamó a sumarse al proyecto del oficialismo «a los justicialistas, a los independientes y a las fuerzas polí­ticas que piensen que éste no ha sido un esfuerzo más». «Si hay un gobierno que ha tenido siempre como guí­a, respetado y llevado adelante con hechos concretos las banderas del justicialismo, es nuestro gobierno», dijo, consultado sobre las crí­ticas formuladas por el denominado peronismo disidente.
Por Pablo Morosi
Corresponsal en La Plata
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«Aseguramos un triunfo abismal»
Balestrini dijo que el PJ bonaerense le aportará a Cristina Kirchner el 40% de los votos
Alberto Balestrini nunca quiso dejar la presidencia de la Cámara de Diputados y hasta último momento se resistió a ir como compañero de fórmula de Daniel Scioli en Buenos Aires. Pero la voz del Presidente fue más fuerte que su deseo, y desde ayer empezó a trabajar para sumarle votos a Cristina Kirchner y evitar el ballottage.
«Desde Buenos Aires vamos a asegurar que el triunfo oficialista sea abismal», dijo Balestrini a LA NACION, poco antes del lanzamiento de la fórmula bonaerense. El compañero de fórmula de Scioli confí­a en la Concertación Plural impulsada por el Gobierno. Pero está convencido de que «en el mapa polí­tico de Buenos Aires el peronismo es lo más representativo» y no niega que para su elección haya pesado su liderazgo en La Matanza, el distrito electoral más importante de la provincia.
-Su designación parece escapar de los parámetros de la Concertación Plural que impulsa el Gobierno…
-Siempre dije que en términos de representación del mapa polí­tico el peronismo bonaerense es lo más representativo que hay, y creo que a eso responde mi candidatura para acompañar a Scioli. El peronismo es el eje en todo el paí­s y la Concertación Plural se representa en cada provincia con el apoyo de los radicales u otros dirigentes.
-í‚¿Por qué cree que lo eligió Kirchner?
-Creo que lo hizo porque represento a ese peronismo bonaerense y porque soy muy conocido en La Matanza, que es el principal distrito electoral de la provincia. Ese no es un dato menor.
-Así­ le asegurará un caudal de votos para que no haya ballottage…
-Yo no aseguro nada. Lo que digo es que puedo aportar mucho desde mi conocimiento de La Matanza. En la historia electoral nacional, el peronismo de la provincia de Buenos Aires siempre aportó más de un 40 por ciento. Pero no creo que me hayan elegido sólo por los votos, sino por las coincidencias que tengo en el proyecto con la Nación.
-í‚¿Intentará equilibrar el voto de centro que Scioli representa?
-No. En el peronismo, no hay problemas de izquierda, derecha o centro. Scioli representa al peronismo. Lo que creo que pudo haber pasado es que como Scioli tiene un origen polí­tico en la Capital se necesite de un dirigente con una base bonaerense fuerte.
-í‚¿Cómo harán en las intendencias donde hay más de un candidato?
-No hablamos de eso con Scioli. El congreso partidario del PJ bonaerense ratificará la fórmula de Cristina-Cobos y la nuestra. Luego debatiremos el resto.
-í‚¿Qué pasará con los «heridos» del PJ que no apoye la Nación?
-En el armado de listas siempre quedan heridos. La idea es consensuar listas para evitar que haya heridos. Pero debemos elegir los candidatos que mejor estén en las encuestas.
-í‚¿Qué harán con el rojo financiero de más de 3000 millones de pesos?
-No hemos hablado aún de ello.
-í‚¿No hablaron del gabinete que armarán en caso de ganar?
-No, y no puse condicionamientos. Es mentira que quiero imponer dos o tres ministros. Es obvio que si Scioli quiere poner a Patti en Seguridad o a Cavallo en Economí­a, me voy a oponer.
-í‚¿Siente la presión de tener que asegurarle a Cristina un piso electoral para que no vaya a ballottage?
-No, porque la victoria sin ballottage se dará en todo el paí­s. En tal caso, Buenos Aires asegurará que el triunfo del oficialismo sea abismal.
Por Martí­n Dinatale
De la Redacción de LA NACION
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Cristina Kirchner fue a Córdoba a dar su respaldo a Schiaretti
En medio de la campaña, inauguró un paseo de compras junto con De la Sota
CORDOBA.- Mientras el viento helado le congelaba la cara, Cristina Kirchner bajó de forma decidida las escaleras, unos pasos detrás del gobernador José Manuel de la Sota, sonriente y de la mano de su joven mujer, Adriana Nazario.
Casi sin hablarse, la candidata presidencial y el gobernador cordobés tiraron de la cinta con los colores nacionales y dejaron inaugurado el Paseo del Buen Pastor, un ambicioso proyecto comercial y cultural de la zona de Nueva Córdoba. El emprendimiento fue la excusa perfecta de la postulante presidencial para dar su apoyo explí­cito al delfí­n del mandatario, el vicegobernador y candidato a sucederlo por el oficialismo, Juan Schiaretti.
La senadora y postulante presidencial estuvo unas pocas horas en esta ciudad y ni siquiera habló durante la inauguración del shopping construido en el amplio predio que alguna vez albergó la cárcel de mujeres de esta ciudad.
A falta de discursos, y una vez más sin contacto pleno con la prensa, a la candidata presidencial le alcanzaron un par de fotos para dejar en claro que es Schiaretti, y no Luis Juez, intendente de Córdoba y representante del alicaí­do movimiento transversal que alguna vez imaginó Néstor Kirchner, su candidato en las elecciones del próximo 2 de septiembre.
Schiaretti, Juez y el radical Mario Negri competirán ese dí­a por ser el sucesor de De la Sota, que dejará el poder luego de ocho años de gestión.
Cristina Kirchner llegó a esta ciudad en el Tango 03, acompañada por el vocero presidencial, Miguel Núñez. Se cruzó con Schiaretti en el acto de inauguración, pero el contacto fue mí­nimo. Mientras la senadora ocupó la primera fila del palco pegada a De la Sota, el polémico secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y el ministro de Salud, Ginés González Garcí­a, entre otros, Schiaretti se ubicó junto con su compañero de fórmula, el ex basquetbolista Héctor «Pichi» Campana, en la fila destinada a funcionarios y representantes de distintas organizaciones sociales.
Juntos se acercaron a la multitud. «Gracias, muchas gracias», repetí­a la postulante mientras se aferraba a la baranda que la separaba de curiosos y militantes que querí­an saludarla. En medio del caos y de los apretujones, se negó a contestar preguntas «sobre polí­tica» y destacó el valor cultural de estos emprendimientos.
Por la distancia y la falta de efusividad pública entre ambos, quedó claro que el de De la Sota y Cristina Kirchner se parece bastante a un matrimonio polí­tico de conveniencia.
Encuestas
Las encuestas, aun las que manejan los opositores, hablan de una diferencia de al menos diez puntos entre Schiaretti y los otros dos candidatos con chances. Esa, y no otra, es la principal razón del acercamiento a un gobernador que, según especulaban a su lado, intentará más temprano que tarde aglutinar a los peronistas no kirchneristas con la mira puesta en las presidenciales de 2011.
De todos modos, tal como anticipó ayer LA NACION, la visita de la senadora despertó la furia del intendente de Córdoba, Luis Juez, otrora depositario de los favores presidenciales. El intendente estaba invitado al acto, pero, tal como se preveí­a, no apareció. Los juecistas debieron conformarse con el encuentro que sostuvieron algunos candidatos a legislador del juecismo con la postulante del oficialismo en el aeropuerto, antes del acto. La reunión terminó cuando a la senadora le avisaron que unas cinco mil personas la esperaban, a la intemperie, desde hací­a dos horas.
A pesar de los esfuerzos del delasotismo y la delegación oficialista por presentar la visita como «institucional», un dato no pasó desapercibido. El viernes, la intendencia cordobesa inauguró un túnel en la autoví­a que sale del aeropuerto, sin que la senadora ni ningún otro funcionario haya participado del evento.
La senadora, igualmente, tuvo un acto con detalles que parecieron a su medida. Hubo un video de homenaje a «las mujeres condenadas injustamente», imágenes del ex presidente de facto Jorge Rafael Videla reprobadas por la multitud y una grabación del grupo británico Queen que siguió con movimientos de cabeza mientras se desarrollaban espectáculos de láser y aguas danzantes. Sólo se la vio algo incómoda cuando distintas parejas bailaron al ritmo tropical de Carlos «la Mona» Jiménez.
Por Jaime Rosemberg
Enviado especial
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«A Cristina le faltan facultades para dirigir»
Duro ataque de Alfonsí­n contra la candidatura de la senadora
LA RIOJA.- Por las dudas, antes aclaró: no es una cuestión de género (humano), sino de capacidad.
El ex presidente Raúl Alfonsí­n no anduvo ayer con vueltas al momento de criticar a la senadora y candidata presidencial Cristina Fernández de Kirchner. Bastó que LA NACION le preguntara si creí­a que la candidata del Frente de la Victoria podrí­a ganar sin ballottage para responder: «No creo. Tiene la ventaja de ser mujer, eso es muy simpático, pero no creo que esté en condiciones, ni capacidad de dirigir un paí­s. Creo que a Cristina le faltan facultades para dirigir el paí­s».
A la vez, el ex jefe del Estado remarcó que «cada tiempo tiene su necesidad de presidente. En este momento necesitamos un presidente calmo, que conozca la realidad de la Argentina, que sea previsible, sereno, serio y con todo el respeto que me merece, yo la veo a la senadora Kirchner como una persona de manera distinta a lo que necesita el paí­s».
Alfonsí­n añadió: «No creo que [Cristina Kirchner] sea la indicada para resolver problemas. No necesitamos una mujer que se identifique con los puños crispados de Eva Perón».
El ex presidente llegó a La Rioja para participar de un acto proselitista de la fórmula radical a la gobernación, encabezada por el diputado nacional Julio César Martí­nez. Antes de trasladarse hacia la norteña ciudad de Aimogasta, mantuvo un extenso diálogo con la prensa en un hotel céntrico.
Comenzó por defender como «única fórmula» que apoyará el radicalismo, a la integrada por el ex ministro de Economí­a Roberto Lavagna y el dirigente Gerardo Morales.
-í‚¿Es posible un acercamiento con Macri? , le preguntó LA NACION.
-No lo descartó. Siempre que voten por nuestra fórmula. Cualquiera que venga a ayudarnos, no vamos a ser tan tontos de decirles no nos ayuden. Que nos voten si se les ocurre, pero para cumplir nuestro programa. Porque no vamos a transar en el cumplimiento de lo que hemos obtenido en nuestros respectivos partidos.
Inmediatamente, el ex presidente destacó: «No creo que haya un acercamiento, aunque creo, se puede dialogar», pero si deciden «votarnos, no nos va a cambiar nuestra fórmula» afirmó.
La fórmula dispuesta por el presidente Néstor Kirchner para presentar en la provincia de Buenos Aires e integrada por el vicepresidente Daniel Scioli y el titular de la Cámara de Diputados, Alberto Ballestrini, mereció para Alfonsí­n un párrafo aparte. «Es una fórmula que aparece como ganadora», pero no quiso agregar otra opinión.
El ex presidente cree que la Argentina enfrenta varios problemas y desafí­os, por lo tanto, entiende que no es el turno para «una personalidad crispada», como la de Cristina Fernández, sino para una «serena, seria y calma», como la de Roberto Lavagna.
En el plano económico, Alfonsí­n señaló que el paí­s tiene hoy «una ventaja extraordinaria» por los precios «de nuestras materias primas, debido a que ingresaron en el mercado China y la India. «Creo que el Gobierno acierta en tener un dólar alto, pero esto significa tener mucho cuidado con atender requerimientos sociales.»
Por Arturo Ortiz Sosa (h.)
Corresponsal en La Rioja
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Para cuidar a la candidata K, Chávez llega con bajo perfil
No habrá marchas masivas ni discursos que puedan disgustar a los Estados Unidos.
Clarí­n
5 de Agosto de 2007
Guido Braslavsky
gbraslavsky@clarin.com
La polí­tica tendrá bajo perfil en la breve visita que inicia mañana el presidente Hugo Chávez. Al menos, si se compara con lo ocurrido en marzo, cuando el venezolano se despachó a sus anchas contra George W. Bush en un estadio de Fe rro colmado de militantes kirchneristas y partidos de izquierda.
Es que no hay esta vez en programa ninguna movilización masiva que pueda volver a agitar las aguas continentales y causar el manifiesto desagrado de entonces en Washington. El paso de Chávez por Buenos Aires estará ligado a los anuncios en materia económica -la compra de bonos por US$ 1.000 millones- y energética. Fuentes kirchneristas lo definieron así­: «Se trata de cuidar a Cristina y no hacer ruido con movidas callejeras, para preservar el perfil que ha tomado su campaña presidencial».
Detrás del armado de la visita de Chávez está el ministro de Planificación, Julio De Vido, sinónimo de negocios en la relación con Venezuela. No fueron requeridos esta vez los servicios del secretario general, Oscar Parrilli, que maneja la relación con las organizaciones sociales kirchneristas. Parrilli habí­a estado muy activo en marzo, cuando el Gobierno brindó todo su apoyo logí­stico al acto en que Chávez llamó «cadáver polí­tico» a Bush.
Un dato que sirve para marcar diferencias: la Casa Militar venezolana habí­a desembarcado con mucha anticipación y gran despliegue para organizar las cosas en marzo. Esta vez, el grueso de la avanzada chavista llegó con discreción recién este viernes.
De todos modos, las organizaciones sociales kirchneristas no descartaban recibir a Chávez con algunos centenares de militantes. Se anotaban el Frente Transversal del diputado Edgardo Depetri, Barrios de Pie de Jorge Ceballos y Humberto Tumini, el Movimiento Evita de Emilio Pérsico y la FTV de Luis D’Elí­a, pese a las polémicas por ahora contenidas en el amplio universo K.
Sin embargo, según pudo saber Clarí­n de fuentes de esas organizaciones, desde la Casa Rosada no habí­an llegado indicaciones «claras» del curso a seguir ante el arribo de Chávez. «No se mueven miles de personas de un dí­a para el otro», decí­an como para descartar un segundo Ferro.
Hubo ideas que no prosperaron: Una fue llevar el encuentro de Chávez a Salta. En esa foto se pensaba sumar al presidente boliviano, Evo Morales.
Chávez podrí­a dejar a los Kirchner por unas horas para visitar con la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, el emprendimiento de viviendas que tienen en Villa Lugano.
Aunque el perfil que busca instalar Cristina no se condiga con algunas exuberancias propias del chavismo y sus seguidores, la senadora en su reciente viaje a España fue clara respecto de la continuidad del ví­nculo con Venezuela si gana en octubre. Fue cuando dijo que Latinoamérica necesita a Chávez para contar con energí­a, al igual que Europa necesita a Rusia. Chávez celebró sus dichos y la piropeó con una frase que debe haberle encantado a Cristina: «Se mueve como pez en el agua en el mundo».