Cristina Fernandez, intelectual a la mexicana

La candidata presidencial por el Frente para la Victoria, Cristina Fernandez de Kirchner, estuvo reunida con intelectuales mexicanos y exiliados argentinos y, además, compartió con un mueca de aprobación el rechazo que su marido, el presidente Néstor Kirchner tuvo hacia el muro que planea construir el gobierno de George Bush al mejor estilo muralla china, para impedir la inmigración mexicana.


1 de Agosto 2007
Diario Clarí­n
El frente externo – Reunión con intelectuales mexicanos y exiliados argentinos
Cristina promete rescatar el mural de Siqueiros
Está abandonado en un contenedor en San Justo. Dijo que lo exhibirá en la Rosada.
Mariano Perez de Eulate
Dicen quienes conocen al matrimonio Kirchner que el amor por la cosa cultural es una caracterí­stica personal más de Cristina que de Néstor. Debe ser por eso que la fuentes oficiales cuentan que el lunes la senadora y candidata presidencial estaba mucho más fascinada que él con la megaexposición de Frida Kahlo que el presidente mexicano, Felipe Calderón, incluyó en la agenda de actividades conjuntas.
Tal vez por eso, la primera dama pareció disfrutar ayer de una actividad paralela a la de su esposo, que le organizó la Embajada argentina en este paí­s: un almuerzo con un grupo de artistas e intelectuales en el patio de la residencia del embajador Jorge Yoma, en la muy elegante zona de Lomas del Chapultepec.
Siempre reticente a la presencia de la prensa argentina -salvo, claro, la agencia oficial de noticias- Cristina Kirchner hizo un discurso a tono con la ocasión, en el que formalizó el anuncio de la creación de la Casa de la Cultura argentina en el DF, la capital mexicana.
Puede decirse que la presentación de un libro sobre el golpe de Estado del 76 fue el puntapié inicial del emprendimiento cultural. La senadora recibió ayer esa obra, de manos de Juan Garcí­a Diego, titular del Colegio de México, la principal institución académica del paí­s, que la editó.
La senadora estuvo acompañada por personalidades, como el cineasta Arturo Ripstein, o Guadalupe Rivera Marí­n, hija del célebre muralista Diego Rivera. También por respetables intelectuales que en su momento se exiliaron aquí­ y residen desde entonces, como el poeta Juan Gelman o el historiador y escritor Pablo Yankelevich, también autor de una obra sobre el golpe.
«La cultura es parte de la decisión institucional de conseguir la alianza estratégica con México», dijo la candidata.
En ese ámbito, donde hubo un número de tango muy celebrado, la senadora se refirió a la restauración del mural «Ejercicio Plástico», del mexicano David Alfaro Siqueiros, una obra que en este paí­s es especialmente considerada. Cristina se comprometió a cumplir una decisión del Gobierno argentino: no sólo sacar el mural del lugar actual -un playón en San Justo, dentro de contenedores que lo albergan hace 16 años sin protección adecuada- sino a convocar a artistas mexicanos para restaurarlo. La idea es exhibirlo luego en Buenos Aires: precisamente en la Casa Rosada.
http://www.clarin.com/diario/2007/08/01/elpais/p-00901.htm
El frente externo | Discurso en el parlamento durante la visita oficial
Kirchner repudió en México el muro que construye EE.UU. en la frontera
Lo calificó de «indigno». Dijo que es una afrenta para todos los pueblos del mundo.
Mariano Pérez de Eulate
Vení­a hablando de los í­ndices de la recuperación económica argentina y de la importancia del acuerdo firmado el lunes con México. Pero en un momento, el presidente Néstor Kirchner dejó de leer y mirando a los legisladores que lo escuchaban, aseguró: «Quiero dejar en claro aquí­ el repudio del pueblo argentino y de este gobierno a la construcción del indigno muro que se está levantando en la frontera entre la hermana nación mexicana y los EE.UU.».
Mientras decí­a esto el recinto enmudeció. En el Senado mexicano, una construcción del siglo XVII que ha sido, además, un seminario, un hospital y un colegio, comenzaron a escucharse después sonoros aplausos.
Fue ayer a la mañana, cuando Kirchner habló en una sesión de la Comisión Permanente del Congreso Nacional, que se reunió para recibirlo. Por estos dí­as, este paí­s se encuentra en receso legislativo y por eso no estuvo presente el pleno del cuerpo. A la comisión mencionada la integra una treintena de legisladores.
Por lo que pudo percibirse de fuentes oficiales locales, el tema del muro fronterizo es muy sensible en el mundillo polí­tico y diplomático mexicano. Se trata de una ley que habilitó la construcción de una pared a lo largo de 1.126 kilómetros de la frontera con EE.UU. (el total de frontera supera 3.300 Km) para frenar la inmigración ilegal.
En términos polí­ticos, el gesto de Kirchner -probablemente el más explí­cito desde que arribó a la capital mexicana- es un paso más para reforzar el objetivo de este viaje a las tierras de Moctezuma: mostrarse como un aliado estratégico del gobierno de Felipe Calderón, un presidente católico y conservador, más bien alejado de su esquema ideológico.
Al referirse al muro («De la vergí¼enza», dijo también), Kirchner recalcó: «No es sólo una afrenta para México; es una afrenta para todos los pueblos de Latinoamérica y el mundo». Fuentes de la comitiva argentina dirí­an que en el borrador de discurso que sugirió la Cancillerí­a la alusión al muro no estaba.
La comitiva argentina, con Cristina Fernández incluida, llegó a media mañana al Senado, ubicado en la parte este de la plaza Tolsá, en el centro histórico de esta ciudad con historia fascinante. Junto al presidente de la mesa directiva de la Comisión Permanente, el senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, realizaron una ofrenda floral con los colores argentinos en la estatua del mártir Belisario Domí­nguez que está en la explanada del edificio.
Médico y polí­tico, Domí­nguez es considerado aquí­ un ejemplo de conducta cí­vica y de defensa de ideales democráticos. Fue asesinado cruelmente en 1913, cuando se oponí­a al régimen de Victoriano Huerta. Desde 1954, el Congreso azteca entrega una medalla con su nombre para distinguir a los hombres y mujeres que hayan sobresalido por su servicio al paí­s.
En el Senado, la parte legislativa de la comitiva argentina (José Pampuro, Alberto Balestrini, José Dí­az Bancalari, Miguel Picheto) se reunió junto a Kirchner con sus pares mexicanos, en un aparte previo a la sesión. En los discursos se dirí­a luego que el trabajo interparlamentario resulta fundamental para avanzar en la integración polí­tica binacional.
Refractario a la idea de encasillarse polí­ticamente con el peronismo, Kirchner vino a encontrar en México una definición de sí­ mismo que, probablemente, nunca antes haya escuchado en un ámbito institucional. «El abogado del justicialismo», lo describió el senador Beltrones Rivera en un intento por halagarlo.
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Diario La Nación
La agenda de Cristina Kirchner
La primera dama se reunió con intelectuales
Les contó sobre sus planes de gobierno
Ciudad de México.- Cristina Kirchner tuvo ayer su dí­a para mostrar a los mexicanos, y a los argentinos a la distancia, que está en campaña. Quizá sin quererlo, el duro rechazo del presidente Néstor Kirchner del muro que construye Estados Unidos en la frontera con México le quitó protagonismo a una jornada que, se preveí­a, estaba destinada a la figura de la primera dama y candidata.
Sin embargo, en cada uno de los actos que llevaron adelante en esta ciudad, el matrimonio se mostró junto, como una dupla inseparable de la que nadie aquí­ se quiere privar.
Sólo ayer al mediodí­a se separaron para que la primera dama cumpliera con su único compromiso por fuera de la visita de Estado encabezada por el Presidente.
Fue a un almuerzo con intelectuales y personalidades de la cultura, en el que algunos ya la veí­an como presidenta y se animaron a desearle suerte en la próxima elección de octubre, como Fernando Serrano Migallón, decano de la Facultad de Derecho, según contó a LA NACION un participante del encuentro en la residencia del embajador Jorge Yoma.
La senadora evitó, por ahora y a pesar de escuetas promesas de hacerlo, hablar con la prensa. Pero se mostró más dócil que en su anterior viaje, a España. Sólo al pasar, y cuando las preguntas apuntaban a su postulación, ella agradecí­a y sonreí­a, sin emitir definición alguna.
Alrededor de una enorme mesa cuadrada en la que se hací­a difí­cil que los cerca de 30 comensales se oyeran entre sí­, Cristina anunció la creación de la casa cultural argentina en México, que se construirá frente a la lujosa residencia de amplios parques donde almorzaron ayer.
Al aire libre, con apenas un sobretecho que los protegí­a de los 25 grados del húmedo mediodí­a mexicano, que al caer la noche terminó en una intensa lluvia, la primera dama se explayó en su discurso como quien llevará adelante las riendas del paí­s.
«Yo quiero reconstruir un nuevo optimismo, el optimismo que no es voluntarismo, ni ingenuidad naif [sic]. Acerca de las condiciones que vamos a abordar, que son difí­ciles, complejas, contradictorias, no de lecturas lineales, pero que van a exigir por parte de todos nosotros una apertura intelectual muy fuerte», dijo la primera dama.
Algunos de los que la escuchaban, mientras saboreaban un buen asado argentino, eran Juan Ramón de la Fuente, rector de la Universidad Nacional de México; Javier Garciadiego, presidente del Colegio de México, y Guadalupe Rivera Marí­n, hija del célebre pintor Diego Rivera, que con 80 años se mostró más que vital durante la comida de ayer.
La restauración del mural Ejercicio plástico, del mexicano David Alfaro Siqueiros, hoy en la Argentina, fue otro de los temas del encuentro y, por supuesto, el agradecimiento por los exiliados de la dictadura militar.
La senadora se llevó de regalo dos libros con trabajos realizados en México sobre el golpe de Estado de 1976. La despedida fue con un tango: un argentino y una mexicana danzaron al ritmo de «Mala junta», aunque nada de eso parece verse aquí­ entre los dos paí­ses.
Por Mariana Verón
Enviada especial