Dabéne: «El kirchnerismo es un populismo de izquierda moderada, que sabe utilizar la máquina polí­tica peronista»

Olivier Dabéne tiene un doctorado en Ciencia Polí­tica del Grenoble Institute d’í‰tudes Politiques (IEP). Ha sido profesor visitante en la Universidad de Texas en Austin e investigador en el Centro de Estudios de México y Centro América (CEMCA) en Costa Rica. Actualmente es profesor del IEP de Paris, donde es director del Departamento de Estudios Ibero-americanos y responsable del programa de Latinoamérica del Master de polí­tica comparativa y sociedades. Entre otras publicaciones, es autor del libro “América Latina en el siglo XX” (Madrid : Sí­ntesis, 2000).
1. La etapa democrática iniciada en la Argentina luego de la caí­da de la última dictadura militar lleva ya 25 aí±os. ¿Cómo interpreta las próximas elecciones presidenciales a la luz de este proceso? ¿Tienen estas elecciones un significado especial?
No dirí­a que esta elección tiene un significado especial con respecto a la secuencia de 25 aí±os desde la caí­da del régimen militar. Me parece que esta elección tiene más bien un significado con respecto a una secuencia más corta, que es la del post-menemismo. Es una elección de normalización después de la gran crisis del 2001 y las elecciones del 2003 antes que elecciones de salida de crisis.
2. El peronismo ha demostrado una notable capacidad de supervivencia. Al cabo de más de 60 aí±os, continúa ejerciendo una influencia decisiva en la polí­tica argentina. Como interpreta este fenómeno? ¿Cuáles han sido, —a su juicio—las claves de la permanencia del peronismo en la sociedad y la polí­tica argentina?
Para mí­ hay dos elementos: a) una maquinaria polí­tica muy eficiente, que tiene sus raí­ces en las provincias y en las caracterí­sticas del federalismo argentino. El control polí­tico de las provincias, y la capacidad de canalizar fondos públicos hacia las provincias pobres, ví­a el control del Senado, me parece clave. b) una gran plasticidad ideológica. El peronismo original era un populismo redistributivo con tendencias inflacionistas. Menem experimentó un populismo neoliberal. Ahora Kirchner sigue con las tendencias populistas, con matices menos neoliberales pero no tan redistributivos.
3. La corriente peronista conocida como kirchnerista ha monopolizado en los últimos aí±os las preferencias electorales de los argentinos. ¿Como interpreta este fenómeno? ¿Cuales han sido, a su juicio, los aportes –positivos y negativos– del kirchnerismo, tanto al interior del peronismo como hacia fuera, en la sociedad y la polí­tica argentina en general?
Creo que este fenómeno se debe más que todo al debilitamiento del menemismo, que perdió todo tipo de credibilidad con el desastre del 2001. Kirchner ha estabilizado indudablemente la situación polí­tica en el plano interior. Sin embargo, en el plano exterior, es un Presidente que carece de una visión clara de la posición de Argentina tanto en el mundo como en América Laina. No supo posicionarse después de los excesos de Menem (las “relaciones carnales” con Estados Unidos) y en el Mercosur ha agravado la crisis (papeleras).
4. ¿Cómo interpreta la transformación del peronismo de su vertiente o versión menemista a su vertiente o versión kirchnerista? ¿Cuál ha sido –a su juicio– la clave del éxito del kirchenisrismo?
Retomando el argumento mencionado arriba, dirí­a que se trata de un nuevo posicionamiento polí­tico, que corresponde al rechazo en toda América Latina de los excesos neoliberales de la década del 90. El kirchnerismo es un populismo de izquierda moderada, que sabe utilizar la máquina polí­tica peronista.
5. A pesar de tener las encuestas a su favor, el presidente Kirchner acaba de renunciar a la posibilidad de buscar su reelección, designando como sucesora a su esposa. ¿Qué representa esta desición según su opinión?
Es una decisión verdaderamente sorprendente, y difí­cil de explicar! Para él, lo veo como una manera de mantener su caudal de apoyo para el 2013.
6. ¿Cuáles cree serán los principales desafí­os de la administración que asuma en el 2008?
En el plano interior, seguir acompaí±ando el crecimiento económico con programas sociales. En el plano exterior, retomar la iniciativa, tanto en el Mercosur como en las relaciones internacionales en general.