Elecciones Argentinas según corresponsales extranjeros

El resultado de los comicios en las noticias de los diarios del mundo


CHILE
Pierde Fernández mayorí­a en Congreso argentino

El Financiero en lí­nea
29 de junio 2009
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, perdió la mayorí­a en el Congreso luego de la inesperada derrota sufrida en unas elecciones legislativas que debilitaron a su gobierno.
Los comicios celebrados la ví­spera en el paí­s evaporaron el poder oficialista, que redujo su presencia legislativa de 137 a 115 diputados, y de 40 a 36 senadores, lo que pone en aprietos al gobierno, cuando aún le faltan dos años y medio de gestión.
Los resultados electorales convierten al Frente para la Victoria, que armaron la presidenta Fernández y su esposo y antecesor Néstor Kirchner, en la primera minorí­a y lo obliga a buscar alianzas para sancionar leyes clave en los próximos años.
Muy lejos quedó ya aquel 10 de diciembre de 2007, cuando Fernández asumió la presidencia de Argentina de manos de su esposo con una cómoda mayorí­a absoluta de 153 de los 257 de Diputados y 44 de los 72 senadores que conforman el Poder Legislativo.
Ahora, con sólo 18 meses en el poder, el escenario polí­tico es muy diferente para Fernández, porque la mandataria no puede esconder el impacto que le produjo la pérdida de unas elecciones que presentó como un referéndum que validarí­a su gobierno.
La derrota electoral es aún peor porque el artí­fice de la misma es Kirchner, el ex presidente que se postuló como candidato y se echó la campaña al hombro para defender, con poco éxito, a su esposa.
En el nuevo armado del Congreso que asumirá en diciembre próximo, Fernández tendrá que enfrentar a una oposición que puede negarle, incluso, el quórum para realizar sesiones.
En este nuevo mapa polí­tico, el Acuerdo Cí­vico de la polémica Elisa Carrió se ubicó como segunda fuerza nacional con 76 bancas en la Cámara de Diputados y 23 en el Senado.
En tercer lugar estará la derechista Unión Pro, con 25 diputados y nueve posibles aliados en la Cámara Alta, y con una presencia atomizada, un puñado de partidos opositores que suman 27 bancas en ambos foros. (Con información de Notimex/MVC)
Argentina: derrota de los Kirchner obliga a negociar con la oposición
123 Chile
30 de junio 2009
El resultado de las elecciones legislativas en Argentina fue una señal de alerta para los Kirchner. Los argentinos favorecieron a contrincantes del oficialismo, como ocurrió con Francisco de Narváez, en la emblemática provincia de Buenos Aires, quien derrotó al ex presidente Néstor Kirchner.
«La Presidenta arrancó hablando de la derrota, pero después empezó con una cantidad de explicaciones más rebuscadas, más complicadas y la verdad que demostró no tomar conciencia que la gente quiere un cambio», asegura el opositor alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri.
Un primer cambio se registró en Salud, ya que la ministra renunció por el aumento de los casos de influenza humana.
í‚¿Seguramente en los próximos dí­as vamos a ver que va a tener que incluir nuevas personas de modo de tratar de airear y darle un nuevo impulso a su Gobiernoí‚¿, indica el analista Claudio Fuentes, director de Icso-UDP.
Con una de las personas que tendrá que entenderse la Presidenta será con Daniel Scioli, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, quien es la nueva cara de los justicialistas desde la renuncia de Néstor Kirchner.
Cómo vio la elección la prensa extranjera II
Clarí­n
30 de junio de 2009
The New York Times
El diario estadounidense destaca la información sobre la elección argentina en su tapa de la edición online. «Sin el primer lugar, las chances de que la pareja (los Kirchner) continúe con su dinastí­a polí­tica en las presidenciales de 2011 empeoran», afirma al citar comentarios de analistas.
El Paí­s (España)
El matutino madrileño titula en su edición digital: «Los Kirchner sufren una contundente derrota». Y detalla: «La pérdida de la mayorí­a absoluta en el Congreso hará que la presidenta tenga que enfrentarse en los dos años y medio que le quedan de mandato con un Gobierno muy debilitado».
Folha (San Pablo)
«Los Kirchner pierden el control del Congreso», titula el diario paolista destacando que el gobierno «sufrió una dura derrota» al perder «en los cinco mayores distritos electorales del paí­s». Enseguida consigna que «la derrota fue minimizada por Néstor Kirchner, que la atribuyó al ‘juego democrático'».
Repercusión internacional
La Nación
30 de junio de 2009
EL UNIVERSAL
México
Su corresponsal en Buenos Aires, José Vales, señala «un anunciado final de fiesta, la kirchnerista, que ayer [por anteayer] comenzaba a escribir su cuenta regresiva».
EL PAIS
Uruguay
«Duro golpe» y «gran derrota» son las definiciones que ofrece el principal diario uruguayo, que enumeró las derrotas del oficialismo hasta en su pago chico, Santa Cruz.
EL MERCURIO
Chile
«Además de un cambio en las condiciones de gobernabilidad […], el escrutinio proyectaba a los probables presidenciables en las elecciones de 2011», destacó.
THE GUARDIAN
Gran Bretaña
«Los Kirchner pierden terreno polí­tico en elecciones de mitad de término», destacó el diario británico, que expuso que «el control del Congreso se le escapó a la Presidenta».
BBC MUNDO
Gran Bretaña
«Kirchner deja la presidencia del PJ», tituló la edición española de la BBC, cuya corresponsal marcó la «necesidad de reorganización de una estructura partidaria fragmentada».
EL MUNDO
España
«La caí­da del barón del peronismo», tituló el diario español, que al igual que la BBC priorizó la renuncia de Néstor Kirchner a la presidencia del PJ, que busca un «nuevo cacique».
Míƒâ€°XICO
Adiós a la hegemoní­a kirchnerista

La Joranada
30 de junio de 2009
Néstor Kirchner fue electo diputado, pero no pudo devolver a su esposa el favor que ella le habí­a hecho en las elecciones legislativas de 2005, cuando la fuerza gobernante obtuvo 40% de los votos y amplió su representación en el Congreso. La presidenta Cristina Fernández perdió ahora la mayorí­a en las dos cámaras.
Buenos Aires. Una clara derrota en las urnas sufrió la fuerza gobernante de Argentina en los principales distritos del paí­s, incluida la populosa provincia de Buenos Aires, donde el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) se postuló como primer candidato a diputado nacional.
Con el retroceso, el Frente para la Victoria, lema fundado por Kirchner bajo el ala del Partido Justicialista (PJ) que presidió hasta este lunes, perdió la mayorí­a en las dos cámaras del Congreso legislativo, fenómeno que obliga al gobierno de Cristina Fernández, esposa de Kirchner, a negociar con aliados y opositores.
El resultado representa además un duro golpe al liderazgo de Kirchner en el justicialismo. Una de las primeras consecuencias fue su renuncia, anunciada este lunes, a la presidencia del PJ.
En un video grabado en la residencia presidencial de Olivos, al norte de la capital, Kirchner anunció su renuncia indeclinable a la presidencia del PJ, una acción que consideró necesaria para reconocer la nueva realidad polí­tica y en busca de «moverse con mayor libertad».
El ex jefe de Estado, que terminó su mandato con una gran imagen positiva medida en encuestas, se proponí­a en estos comicios arrastrar apoyos para la presidenta. Pero acabó generando más reacciones adversas de votantes que, buscando castigar al gobierno, rechazaron su candidatura.
Si bien Kirchner resultó electo diputado, no pudo devolver a Fernández el favor que ella le habí­a hecho en las elecciones legislativas de 2005, cuando la fuerza gobernante obtuvo 40 por ciento de los votos nacionales y amplió su representación en el Congreso gracias al triunfo de Fernández, candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires, en el centro-este del paí­s.
Esta vez el Frente para la Victoria llegó apenas a 30 por ciento de los votos en todo el paí­s y perdió en Buenos Aires, que congrega al mayor número de votantes.
El analista Rosendo Fraga, del estudio Nueva Mayorí­a, dijo a IPS que la derrota en los principales distritos electorales «confirma un voto por el cambio. Si el oficialismo lo niega, es más probable que la gobernabilidad entre en dificultades», vaticinó.
Para evitarlo, la administración deberí­a «compartir el poder», dijo Fraga, aunque reconoció que «no es fácil que lo haga». «La historia muestra que los lí­deres polí­ticos cambian de ideologí­a de acuerdo a las circunstancias, necesidades y conveniencias, pero difí­cilmente cambien de personalidad», alertó.
La lista de diputados del Frente para la Victoria se ubicó en cuarto lugar en la capital argentina, otro distrito clave, y en la muy poblada y central provincia de Córdoba, tercera en la oriental Santa Fe, muy lejos de las dos primeras, y segunda también con gran distancia en la occidental Mendoza.
Pero el mayor fracaso fue el segundo puesto en la provincia de Buenos Aires, inesperado para el «kirchnerismo».
En esa provincia, que concentra 38 por ciento del padrón electoral nacional, las encuestas vaticinaban un empate entre los principales rivales. Los votantes otorgaron 34,6 por ciento de voluntades a Francisco De Narváez, justicialista opositor del gobierno que encabezó la alianza centroderechista Unión PRO, y 32,2 por ciento a Kirchner.
De Narváez, que renovó su banca de diputado, admitió que «serí­a necio» negar que muchos votantes eligieron su candidatura como «castigo» al gobierno. «Espero que la presidenta lea bien el resultado de la elección; de nosotros tendrá el más absoluto deseo de colaborar», manifestó este lunes.
«Ya estamos en camino a retomar la iniciativa y reforzar la gobernabilidad, dijo Kirchner en la madrugada, evidentemente golpeado por el balance final. Ante la consulta sobre si el oficialismo aceptarí­a abrirse al diálogo fue esquivo. «Una cosa es dialogar y otra renunciar a los principios», advirtió.
También sorprendió al gobierno la derrota en la austral provincia de Santa Cruz, que gobernó Kirchner por tres perí­odos antes de ser presidente, y la de nororiental Entre Rí­os, en la que se descontaba la victoria de las fuerzas gobernantes. Para varios analistas, se trata del comienzo del fin del ciclo kirchnerista, que comenzó en 2003.
De 60 escaños que puso en juego en la cámara baja, el kirchnerismo perdió 18 y otros cuatro de fuerzas aliadas que sometí­an a examen nueve. Las principales agrupaciones de oposición renovaban 45 lugares y consiguieron 72. El Frente para la Victoria, que ostentaba la mayorí­a desde 2007, quedó como primera minorí­a en la cámara baja.
En la Cámara de Senadores, el kirchnerismo tení­a 40 escaños, 12 de ellos en juego en los comicios, de los cuales perdió cuatro. Mientras que la oposición tení­a siete senadores en juego y consiguió 14. Así­ se quedó sin el quórum propio para sesionar, que habí­a conseguido en las elecciones generales de 2007, cuando Fernández ganó la Presidencia.
«Hemos perdido por muy poquito, no tenemos problemas en reconocer nuestra derrota», dijo Kirchner en la madrugada de este lunes, cuatro horas después de que su principal rival, De Narváez, saliera a celebrar su victoria.
El jefe del bloque de diputados del Frente Para la Victoria, Agustí­n Rossi, que salió tercero en Santa Fe, con 7.7 por ciento de respaldos, prometió que su sector «no será autista», y hará un análisis de «las causas profundas del resultado para ver qué cosas hay que corregir».
Los análisis indican que el enfrentamiento de 2008 entre el gobierno y los gremios empresariales agropecuarios por un aumento de impuestos a la exportación dio inicio a una erosión del poder presidencial que se manifestó en fugas de diputados aún antes de las elecciones. Esa tendencia se cristalizó en las urnas el domingo.
Los gremios agropecuarios presentaron 17 candidatos propios en distintas expresiones polí­ticas de todo el arco ideológico y consiguieron 11 legisladores. El malestar «rural» explicó el retroceso del gobierno en provincias agropecuarias como Santa Fe y Córdoba.
Según un artí­culo publicado este lunes por el diario Clarí­n, el Frente para la Victoria í¢â‚¬â€sin la estructura del PJ, que se presentó en competencia con el kirchnerismo en numerosas provinciasí¢â‚¬â€ se ubicó segundo en las preferencias del electorado nacional, con 30.7 por ciento de sufragios.
En primer lugar, con casi 30.9 por ciento de apoyos, emergió el centroizquierdista Acuerdo Cí­vico y Social (ACyS), integrado por la Coalición Cí­vica, la Unión Cí­vica Radical, tradicional rival del justicialismo, y el Partido Socialista.
Liderado por la ex diputada Elisa Carrió, segunda en la competencia presidencial de 2007, el ACyS logró una importante presencia nacional, pero se ubicó tercero en distritos clave, como la ciudad de Buenos Aires y la provincia homónima.
En la capital, gobernada desde 2007 por Mauricio Macri, del centroderechista partido Propuesta Republicana (PRO), triunfó la candidata oficialista Gabriela Michetti. Las encuestas le auguraban 35 por ciento de respaldos, pero obtuvo 31 por ciento. De todos modos, el resultado fue ampliamente celebrado por el jefe de gobierno de la ciudad.
En segundo lugar se ubicó el cineasta izquierdista Fernando «Pino» Solanas, de Proyecto Sur, con 24.2 por ciento de sufragios. Casi sin recursos económicos para su campaña proselitista, el director de «Sur» sorprendió a sus rivales al convertirse en la principal expresión del progresismo en la capital argentina. Su fuerza consiguió cuatro diputados.
ESPAíƒâ€˜A
Urnas se rebelaron contra el estilo «K»

Mar Marí­n
ADN
30 de junio de 2009
El electorado argentino se cobró el domingo una factura pendiente con el oficialismo, cuya contundente derrota deja al Gobierno en minorí­a parlamentaria y fuerza a la presidenta, Cristina Fernández, a buscar consensos para mantener la gobernabilidad durante el resto de la legislatura.
El varapalo electoral no dio tregua al peronismo oficial: perdieron en Buenos Aires, en la capital, en Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Rí­os… los principales distritos electorales del paí­s.
Siete de cada diez electores votaron contra el Gobierno, la mayor derrota de la «era K», inaugurada con Néstor Kirchner en 2003 y revalidada por el triunfo de su esposa en las presidenciales de 2007.
Tras el zarpazo, Kirchner, vencido en Buenos Aires, tradicional bastión peronista, y hasta en Santa Cruz, su tierra natal y donde fue gobernador durante doce años, no tení­a más salida que presentar su renuncia como lí­der del Partido Justicialista (PJ, peronista).
«Cuando un resultado no es el que uno pensó en su momento debe tener las actitudes que le corresponden», dijo hoy al anunciar su renuncia «indeclinable» a la dirección del PJ, que, desde hoy, estará liderado por Daniel Scioli, gobernador bonaerense.
Scioli, que fue vicepresidente de Kirchner y le acompañó en su candidatura, afronta la difí­cil tarea de recomponer el peronismo antes de las próximas elecciones, en 2011.
La renuncia confirma que «sabemos escuchar e interpretar» y es una prueba de «responsabilidad y respeto por la voluntad popular», dijo hoy el ex presidente.
Sin embargo, apenas unas horas después, en medio de un clima de rumores sobre una supuesta remodelación en el Gabinete, la presidenta convocaba una rueda de prensa, la segunda desde que inició su mandato en 2007, para descartar cambios de Gobierno y minimizar el impacto de la derrota.
Para el analista Alejandro Cattenberg, de Poliarquí­a, se están dando impresiones confusas porque mientras la renuncia de Kirchner apunta a un cambio, la presidenta «no parece abrir la puerta demasiado ni hacer una lectura crí­tica».
Analistas y oposición coincidieron, después de una agitada jornada polí­tica, en que los resultados precipitan el final de la llamada «era K» y obligan al Ejecutivo a negociar.
«Las posibilidades de que el próximo presidente de Argentina lleve el apellido Kirchner son casi nulas», opinó Cattenberg.
La presidenta atribuyó la derrota al desgaste de seis años de gestión, desde el triunfo de su marido en 2003, y a errores que «serán analizados».
Entre estos errores, según los analistas, ha sido determinante el enfrentamiento del Gobierno con el sector agrario, que el pasado año mantuvo en jaque al paí­s durante meses, y el descrédito de los datos económicos manejados por el Instituto de Estadí­stica.
La lista se completa con el mal manejo de la epidemia de dengue que sacudió al paí­s hace unos meses y con la expansión de la gripe A, que se ha cobrado al menos 28 muertos en el paí­s.
Ahora, desde la oposición y distintos sectores del peronismo crecen las voces que piden a la presidenta una reflexión y un cambio de rumbo.
A juicio del gobernador de Chubut, Mario das Neves, peronista pero enfrentado con el matrimonio presidencial, Fernández «necesitarí­a tener un mayor margen de maniobra, no sentirse presionada por nadie y oxigenar el Gabinete».
El analista Rosendo Fraga recordaba hoy que las experiencias anteriores de gobiernos sin mayorí­a parlamentaria fueron traumáticas: Raúl Alfonsí­n y Fernando De la Rúa.
Para Cattenberg, se abre un periodo de transición que constituye un «gran desafí­o» para la oposición y el oficialismo para garantizar la gobernabilidad.
En esta coyuntura, será fundamental el papel de Scioli como nuevo lí­der del peronismo, para tratar de recomponer fuerzas y ganarse el apoyo de los disidentes y los gobernadores que tienen sus propios centros de poder en las provincias.
Para lograrlo, es fundamental que se granjee el respaldo del ex presidente Eduardo Duhalde, mentor de Kirchner en los comicios del 2003 e impulsor de la candidatura del principal rival en los comicios del ex presidente, el empresario Francisco de Narváez, de la opositora Unión-PRO.
Duhalde controla todaví­a una buena parte del aparato peronista en la provincia de Buenos Aires, tradicional bastión del PJ, cuyo voto, como se demostró de nuevo el domingo, es decisivo para dibujar el mapa polí­tico del paí­s y definir presidentes.
COLOMBIA
Argentina cambió

El Tiempo
29 de junio de 2009
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner entró cojeando a las elecciones del domingo y salió de ellas en camilla. Sus erráticas actuaciones como presidenta de Argentina, particularmente en lo que tiene que ver con el sector agrí­cola, se tradujeron en la primera derrota importante que sufre la rama del partido peronista orientada por su marido, el ex presidente Néstor Kirchner.
El ganador es Francisco de Narváez Steuer, un peculiar personaje de origen colombo-checo, apodado el ‘Colorado’ por su pelo rojo, nacido en Bogotá en 1953 pero nacionalizado argentino, que ha sido empresario agrí­cola, dueño de medios de comunicación, comerciante, mecenas y polí­tico. Como jefe de una rama conservadora del justicialismo (peronismo) aliada de otros sectores, De Narváez ha sido diputado desde el 2005 y logró vencer a los Kirchner esta vez en una de sus plazas fuertes: la provincia de Buenos Aires. Podrí­a ser gobernador en los próximos comicios, pero no presidente.
Unión-PRO, la coalición de De Narváez, saca más de dos puntos porcentuales de ventaja a la lista gobiernista: aproximadamente 35 contra 32,5. Los resultados nacionales no son mejores para los Kirchner, que fracasan también en Santa Cruz, su lugar de origen. En total, tendrán unos 15 diputados y 4 senadores menos, con lo cual pierden la mayorí­a en el Congreso. En el tercer lugar, con 21,5 por ciento, se ubica el Acuerdo Cí­vico y Social, cuyo principal socio es Ricardo Alfonsí­n, hijo del recientemente fallecido ex presidente Raúl Alfonsí­n. El radicalismo obtiene así­ mejores resultados de lo que se habí­a previsto.
Lo ocurrido el domingo cambia el panorama de las presidenciales del 2011: la reelección de Cristina, elegida hace dos años, se convierte casi en una utopí­a; Mauricio Macri, actual jefe de gobierno de Buenos Aires, se perfila como primer opcionado, con el apoyo de De Narváez; y consigue también cifras prósperas el peronista disidente Carlos Reutemann, de la provincia de Santa Fe.
La polí­tica argentina queda, pues, revuelta. La oposición, que ya controla el Congreso, tendrá que mostrar su capacidad para llegar a acuerdos con el Gobierno. Este sale debilitado y, aquietadas las turbulencias electorales, debe enfrentar una difí­cil tarea económica. Los electores han rechazado, después de seis años relativamente exitosos, la polí­tica antineoliberal de la pareja Kirchner. Ahora se inclinan por una solución de centroderecha. Quedan 24 meses para saber si seguirán por el mismo camino.
Poco interés en los socios del Mercosur
La Nación
30 de junio de 2009
Las decisivas elecciones legislativas de la Argentina no lograron revertir una realidad que es una constante en los medios de comunicación brasileños: su mayor socio del Mercosur estuvo nuevamente relegado a un segundo plano.
Si los comicios debí­an ser la excepción a esta regla, el golpe de Estado en Honduras dejó a la Argentina sin ninguna posibilidad de cobrar algo más de protagonismo en la agenda de los medios brasileños.
La agenda brasileña es liderada por el fuerte escándalo polí­tico del Senado que está a punto de cobrarse la cabeza del presidente de la Cámara alta, José Sarney; la preocupación por la primera ví­ctima fatal de la gripe porcina y el tricampeonato de la Copa de Confederaciones, que obtuvo ayer la selección brasileña al derrotar a Estados Unidos.
En los momentos previos a las elecciones, O Globo habí­a titulado «El futuro del peronismo y del matrimonio Kirchner, en jaque», mientras que Folha de Sí£ o Paulo escribió: «Kirchner se juega todas las fichas en electores cautivos de la periferia» y «Empresarios se alejan de los Kirchner a dí­as de las elecciones».
Jornal do Brasil encontró en las elecciones argentina una excusa para hablar de la gripe A, al titular «Argentinos hacen fila para votar usando máscara contra la gripe porcina», que en estos dí­as constituye una auténtica preocupación en Brasil. El presidente Lula, incluso, aconsejó a sus conciudadanos evitar viajes a Chile y a la Argentina.
Resignado a entender lo que es el peronismo, O Estado de Sí£ o Paulo tituló «Elección amenaza con volver minoritarios a los peronistas» y señalaba una posible victoria de De Narváez, pero omitió que el candidato también está afiliado al peronismo.
La visión de Janaí­na Figueiredo, corresponsal de O Globo , ofrece a sus lectores una contundente visión sobre el gobierno argentino, con frases como «Kirchner decidió transformar su elección en un plebiscito, al mejor estilo Chávez». Y señaló que «Kirchner no admite gobernar sin mayorí­a parlamentaria. Para el ex presidente, o el gobierno mantiene el poder acumulado o no gobierna más».
En Folha de Sí£ o Paulo, la palabra «Argentina» no figura entre sus titulares, pero hay una mención a las elecciones en la página 15, titulada «Kirchner y opositores cantan victoria en la Argentina», en una nota de su corresponsal Thiago Guimarí£es, sin mencionarlos resultados oficiales. La sección online publicó así­ la declaración de Néstor Kirchner: «Perdimos por muy poquito», y presentó otra nota con el tí­tulo de «Gobierno sufre derrota en pelea por el Parlamento argentino»
Jornal do Brasil tampoco dio relevancia a los resultados de las elecciones, y el único espacio donde figura la Argentina guarda relación con el primer brasileño que murió ví­ctima de la gripe porcina, que habrí­a estado en el paí­s vecino del sur.

2 comments

Hoy 9 de marzo de 2011, leo esta noticia y digo que mentirosos y errados informes. Presa desimformada y sin ningún criterio. En la actualidad la peor encuesta que enfrenta el Kirchnerismo es 43% de intención de votos Cristina, seguida de Macri con solo 11,5% de intención de votos. Malos analisis poí­ticos o defensa de intereses espureos o cipayos?

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