La oposición y el momento del FA-Unen

La polí­tica nacional puede analizarse desde dos clivajes. Uno de corte clásico, marcado por la tradicional división ideológica de izquierda y derecha, mientras que el otro es más bien nacional y corresponde a la división peronismo y no-peronismo.

Para el primer caso, si bien la tendencia es centrí­peta, esto es, las principales fuerzas tienden a acercarse al centro polí­tico, ubica un poco a la derecha a Macri y a Massa y un poco a la izquierda a UNEN.

El segundo caso es promovido por actores crí­ticos de aí±os de gobiernos peronistas sumado a las sospechas de desestabilización que dicha fuerza propició como oposición. También se promueve un nuevo discurso que vincula a los partidos tradicionales (fundamentalmente el PJ) con la vieja polí­tica, la corrupción y por ello marca la necesidad de un cambio. Quien utiliza frecuentemente esta visión es Macri, quien ha planteado más de una vez que su partido responde a una “tercera ví­a”.

Lo cierto es que ningún clivaje se da í­ntegramente, lo que permite hablar de “hí­bridos”. Sin ir más lejos, uno de los precandidatos a Jefe de gobierno porteí±o, Cristian Ritondo, surgió como dirigente peronista con llegada a Eduardo Duhalde. Pero sí­ es claro que el discurso de “lo nuevo” logra seducir a cierto sector de la ciudadaní­a que prioriza resultados concretos de gestión restándole importancia a los orí­genes de sus ejecutantes.

Las encuestas marcan que las figuras opositoras con peso electoral son Massa y Macri. En el caso de UNEN aún no ha alcanzado sus aspiraciones. No logra constituirse como alternativa de peso producto, fundamentalmente, de una cuestión central: la discusión en torno a la alianza con el pro. Al ser un frente compuesto por fuerzas variadas, hay un sector decididamente “no-pacticta”, integrado por Cobos y miembros de las partidos Gen, Proyecto Sur, Podés y Libres del Sur y otro, los “pactistas”, que cuentan con el apoyo de Carrió y Sanz. Es interesante notar que la única fuerza que no tiene una posición institucional tomada es el radicalismo.

De la falta de definición descrita, el principal beneficiado es justamente Macri por dos motivos: le da mayor solidez a su figura y genera divisiones al interior de un potencial competidor. Por ende, mientras que se siga así­, va a ser difí­cil que Unen pueda mejorar la ubicación en las preferencias ciudadanas.

Para cerrar, si bien el panorama está en construcción y lleno de incertidumbre, la necesidad de mayor definición polí­tica es cada vez más necesaria. La claridad en las posturas puede ayudar a mejorar las aspiraciones de una fuerza que todaví­a no pudo hacer buen pie en las encuestas.

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