Disputa de poder y divisiones en el peronismo

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Foto: Télam.

La puja en el oficialismo por la sucesión de Cristina ya provoca reacomodamientos en el interior y las primeras divisiones en el peronismo. Aunque todaví­a queda un aí±o para el momento del cierre de listas, los posibles precandidatos arman alianzas y lobbies para lograr un mayor apoyo institucional con miras al 2015.

Los presidenciables del PJ desatan una «guerra frí­a» en las provincias

La Nación

Martes 3 de Junio de 2014

Todo ocurre en el mismo mes en Mendoza. El gobernador Francisco Pérez aparece en la Legislatura rodeado de cartelitos naranjas que gritan «Scioli 2015»; su vice, Carlos Ciurca, el más ferviente promotor del ex motonauta, se retrata en una reunión con un funcionario icónico de Sergio Massa y parte del gabinete mendocino come el locro del 25 de Mayo en un local que, como decorado patrio, incluye una bandera argentina que impulsa la candidatura de Florencio Randazzo .

El surtido de postales refleja un fenómeno que se replica en otras provincias: la disputa de los presidenciables ya genera movimientos y divide al peronismo en el interior. Es el anticipo de una pulseada que recién va a dirimirse en un aí±o y un mes, cuando llegue la inapelable hora de cerrar las listas.

Los primeros acercamientos son sólo eso: insinuaciones que maí±ana pueden esfumarse en un segundo, pero que ahora sirven para posicionarse no sólo en la batalla nacional, sino en la puja por la sucesión de mando en los distritos.

«Hasta el final, muchos van a jugar con la lisa y la rayada», arriesga a LA NACION, desconfiado, un encumbrado dirigente del PJ. Los aspirantes a cada gobernación estirarán una decisión hasta último momento y, como contracara, los caciques sin posibilidad de reelección buscan acomodarse rápido en el nuevo mapa. í‰se es el target elegido hoy por Daniel Scioli, que seduce a mandatarios salientes con puestos en un eventual gabinete.

La Rioja es un ejemplo. Sepultado el sueí±o reeleccionista, Luis Beder Herrera navega cómodo en las cercaní­as sciolistas, mientras su rival interno, Ricardo Quintela, «El Gitano», zigzaguea en su carrera por reemplazarlo. Primero coqueteó con Massa, después lo arropó el sciolismo y, luego de una visita del ministro del Interior, envió otra seí±al, que también puede ser transitoria. «Estoy referenciado con él [Randazzo]», sostuvo a Radio Continental hace una semana.

El caso mendocino, que sólo habilita un perí­odo para la fórmula gobernante, es extremo en el recambio de poder. Pérez y Ciurca, con tironeos entre sí­, están fuera de juego. El gobernador le hace guií±os a Scioli, y su segundo, sin dobleces, trabaja en su plan presidencial. Por eso, desconcertó hace pocos dí­as el encuentro en su despacho con Diego Santillán, el guardián de las cámaras de vigilancia en Tigre, que viajó para explicar su modelo de seguridad. Algunos leyeron detrás de ese gesto que la fantasí­a de un pacto Scioli-Massa no está del todo descartada.

El rompecabezas no termina allí­, y hasta el propio staff quedó envuelto en la campaí±a. El ministro de Transporte provincial, Diego Martí­nez Palau, uno de los anotados para la gobernación, respalda a Randazzo y procura adhesiones entre sus pares del gabinete, como Cristian Bassin, de Desarrollo Social, y Gustavo Tobares, secretario legal y técnico, ambos presentes en el agasajo organizado por la agrupación peronista Capital Social.

En Catamarca, Lucí­a Corpacci, que va por su reelección, le abrió la puerta de su tierra a Scioli, donde el opositor Frente Cí­vico y Social emerge como una opción competitiva. El viernes también recibió, aunque con menos pompa, a Sergio Urribarri, otro aspirante a suceder a Cristina Kirchner. Se suma al escenario la puja local dentro del PJ. Su vice, Dalmacio Mera Figueroa, con quien mantiene un ví­nculo tirante, también se alista para conducir la provincia. Dos datos: es primo del gobernador Juan Manuel Urtubey, otro que promete activar su candidatura presidencial, y se incorporó a Los Oktubres, un espacio de intendentes kirchneristas que promueve postulantes propios. Uno de ellos es el rionegrino Martí­n Soria, jefe comunal de Roca.

EVITAR RUPTURAS

Justo allí­, en Rí­o Negro, dan por sentado que Miguel Pichetto, jefe de la bancada de senadores del Frente para la Victoria, será candidato a gobernador. Habí­a sonado antes como compaí±ero de fórmula de Scioli, de histórico lazo de amistad. Ahora, como presidente del PJ de Rí­o Negro, impulsa que la provincia se aggiorne al formato de elecciones primarias que funciona a nivel nacional. í‰sa es la llave para evitar rupturas y saldar las diferencias en una interna. En el plan incluyen al Frente Grande, sello del gobernador Alberto Weretilneck, al mando tras la muerte del peronista Carlos Soria. El frepasista generó revuelo, hace poco, cuando trascendió un supuesto contacto con Massa.

Es más dispersa aún la situación donde el PJ no reina. En Santa Fe, cuna del socialismo de Hermes Binner, opera un puí±ado de referentes sin terminal, y Carlos Reutemann, una marca registrada, transita cerca del Frente Renovador. A ese territorio resbaladizo y que aporta un potencial rival suyo, como el ministro de Defensa, Agustí­n Rossi, arribará Scioli el 10 de junio, en una visita a la Bolsa de Comercio en la que planea, además, reunirse con dirigentes. Uno de sus emisarios más activos es Gustavo Marconato, ex legislador santafecino que fue «nestorista» desde 2002 y se distanció por diferencias con La Cámpora. Ahora, integra los equipos técnicos del bonaerense.

El ex intendente de Rafaela Omar Perotti y Marí­a Eugenia Bielsa son dos nombres en danza para la gobernación. Ella, además, ejerce de imán para los presidenciables: recibió en Rosario a Urribarri y acompaí±ó el lanzamiento en Mar del Plata del Grupo San Martí­n, auspiciante de la figura de Julián Domí­nguez.

La misma atomización azota a Tierra del Fuego y se palpa con sólo mirar a sus representantes en el Senado: Rosana Bertone sintoniza con Scioli y Julio Catalán Magni es un declarado randazzista. Se sientan al lado, pero los separa el 2015.

Si bien hasta ahora no mantuvieron una confrontación directa, Daniel Scioli y Florencio Randazzo empiezan a calentar la interna del peronismo. «Terminará siendo el candidato de la ciudad de Buenos Aires», aguijoneó Ariel Franetovich al diario chivilcoyano La Razón, al bajar al gobernador de la contienda presidencial. Hombre de confianza del ministro, el funcionario sostuvo que «superará cómodamente a Scioli». Cerca del ex moto-nauta, recurrieron a la estrategia habitual: evadir la disputa, asegurar que los sondeos los favorecen y relativizar el crecimiento de Randazzo.

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