El voto electrónico en la Prov. de Bs.As.

Izabela Pereira, coordinadora de voto electrónico de la ong Democracia Representativa, escribió para Argentina Elections este artí­culo sobre el caso de Brasil.
El voto electrónico vuelve a ser noticia en la Provincia de Buenos Aires en esta elección. Los extranjeros que se presenten a votar en los distritos de Berisso, General San Martí­n, San Isidro y Vicente López no utilizarán la boleta de papel sino la urna electrónica diseñada por la Universidad Tecnológica Nacional.

Tecnocracia: í‚¿Qué puede Argentina aprender con el sistema de voto electrónico de Brasil?
Por Izabela Pereira
www.votoelectronico.info
En conformidad con el decreto 1460/2007 y la Ley 13.082 (sistema de voto electrónico), el Poder Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires avanza en la reforma polí­tica para la instauración de nuevos mecanismos de votación que impliquen un importante avance tecnológico y una mayor transparencia del proceso comicial. De hecho y entre otras experiencias en Argentina, la provincia de Buenos Aires acumula las pruebas pilotos de voto electrónico realizadas en 2003 y 2005. En este 28 de octubre, habrá un nuevo intento en los distritos Berisso, General San Martí­n, San Isidro y Vicente López, pautado en el decreto N킺 1329/2004, el cual creó el Programa Voto Electrónico con la firme convicción de avanzar en la instrumentación de nuevos procesos electorales. De esta vez, los extranjeros residentes experimentarán el sistema de voto electrónico elaborado por la Universidad Tecnológica Nacional -UTN.
Si tecnologí­a y democracia son caracterí­sticas del siglo XX, Brasil tuvo que concurrir a la í¢â‚¬Å“tecnocraciaí¢â‚¬Â para limpiar su historia polí­tica de fraudes. El paí­s vecino es hoy la mayor democracia informatizada del mundo que utiliza el sistema de voto electrónico para todos sus electores y por eso, se tornó referencia internacional en este quesito. Pocos paí­ses tienen una historia electoral como la de Brasil, que hoy representa el tercer mayor electorado global, atrás de India y de los Estados Unidos. Con un electorado de más de 125 millones de electores, analfabetos, letrados y deficientes fí­sicos, fueron incluidos en el sistema que está presente en todo el paí­s y donde ejercen su ciudadaní­a con rapidez y eficiencia. í‚¿Qué puede Argentina aprender con el sistema de voto electrónico de Brasil?
Las elecciones son el núcleo central de la democracia y en el siglo XXI avances en la transparencia, seguridad y confiabilidad se conjugan con tecnologí­a. Las urnas electrónicas fortalecen el régimen democrático en la medida en que atienden a las condicionantes de un Estado democrático, como la participación efectiva, garantí­a de igualdad de voto e inclusión, además de elecciones libres, limpias, justas, frecuentes y de ciudadaní­a inclusiva (Dahl, 2001). Los beneficios resultantes del uso del voto electrónico residen en la adaptabilidad, velocidad, transparencia, reducción de costos, seguridad, satisfacción del elector, flexibilidad y reducción de votos blancos y nulos.
Muchas son las razones que llevaron Brasil a remodelar su sistema electoral. De un lado, el paí­s fue por mucho tiempo un campeón de fraudes, mesurables por la gran cantidad de recursos jurí­dicos registrados. La creación de la Justicia Electoral en 1935, el inicio de la automatización en 1996 y la totalización de la implementación de las urnas en 2000 contribuyeron para cambiar el pasado fraudulento en que la historia de las elecciones era la historia de fraudes en el paí­s. Por otro lado, Brasil salí­a de un perí­odo dictatorial y tuvo sus primeras elecciones directas en 1989, por lo cual tenia necesidades latentes para consolidar el régimen en la nueva conjetura de la nación.
Brasil no es el único a utilizar un sistema electoral informatizado, pero por sus caracterí­sticas especí­ficas y complexidades impares tuvo que desarrollar su propio sistema. El paí­s tiene un sistema polí­tico mayoritario, proporcional, de lista abierta, gran numero de partidos polí­ticos, enorme cantidad de candidatos, extensión territorial vasta, voto obligatorio, alto í­ndice de electores de baja escolaridad, voto facultativo para analfabetos entre otros factores que la í¢â‚¬Å“maquina de votarí¢â‚¬Â tenia que atender.
Además, el nuevo sistema tení­a que responder a las siguientes condicionantes: a) Eliminación de fraude en el acto del registro y de la totalización del voto; b) Voto numérico para ser universal y permisivo para los menos alfabetizados y que sirviese tanto para niveles federal tanto estaduales y municipales; c) Opción de verificar el voto antes de confirmar-lo. d) Maquina exclusiva para votar. Opciones como microcomputadores estaban descartadas porque no ofrecí­an la infraestructura necesaria para la seguridad entre otras caracterí­sticas inapropiadas; e) La maquina debe ser pequeña, liviana y robusta para aguantar todos las dificultades geográficas, de infraestructura y de logí­stica inherentes a las caracterí­sticas y envergadura del paí­s. f) Fácil instalación y operación; g) Autonomí­a de funcionamiento visto que 18 mil secciones electorales no tienen luz eléctrica. h) Equipamiento económico, visto condiciones económicas del paí­s y de la gran necesidad de aparatos para atender a más de 360 mil secciones electorales, distribuidas en 3073 zonas electorales en 5.567 municipios del paí­s.
Así­ la urna electrónica brasileña- UE2000- es un terminal de votación especialmente desarrollado para votaciones electrónicas, la cual recibió su certificación por el Ministerio de Ciencias y Tecnologí­a en 1994. El proceso de votación es simple; los electores teclean los números de los candidatos según sus cargos, verifican el nombre, fotografí­a y partido que aparece en la pantalla y en seguida confirman ó anulan o votan en blanco. En el caso de plebiscito o referéndum, los electores aprietan la opción de respuesta. Por seguridad, 3% de las urnas son auditadas.
í‚¿A que se debe el éxito de la implementación del voto informatizado en Brasil? Cinco razones resumen el éxito: 1) Se trata de un modelo que atiende a las necesidades especificas del paí­s citadas anteriormente como sistema polí­tico mayoritario, proporcional, de lista abierta y extensión territorial vasta; 2) El sistema atiende a los requisitos elaborados por el TSE, como la practicidad, autonomí­a, voto numérico, seguridad, inviolabilidad, velocidad y transparencia; 3) La implementación fue gradual. Antes de implementarlas, se sometió a diferentes etapas de sensibilización pública, internalización del proceso de justicia electoral y viabilización del proceso y control de calidad. En 1996, 77.469 urnas fueron utilizadas por la primera vez en 57 municipios claves y distribuidos a nivel nacional. En 1998, 57,6% del electorado ejercieron su derecho y deber constitucional mediante las urnas electrónicas. En 2000, se cubrió la totalidad del territorio con más de 353.875 aparatos. 4) El paí­s posee una justicia electoral independiente y responsable por los sufragios, con experiencia de más de 60 años desde su creación. El rol del Tribunal Superior Electoral es central en el proceso de automatización del sistema, que se dedica con exclusividad a las elecciones y tiene caracterí­sticas equivalentes a un cuarto poder en la estructura normativa del Estado; y 5) La continuidad del esfuerzo de implementación indiferente a las dificultades ocurridas o a la voluntad de quien presidiese la Justicia Electoral. Ni las dificultades de idealizar una urna compatible con las necesidades ni los obstáculos de convencer a los polí­ticos y sus partidos fueron impedimentos para el cambio. Además, debe se llevar en consideración la excepcional continuidad de las acciones de los presidentes y ministros del Tribunal Superior Electoral, que desde 1996, sumaron sus esfuerzos en informatizar los servicios electorales.
Vale señalar que la decisión por la implementación gradual también esta relacionada a factores financieros y estratégicos, una vez que el nuevo proceso deberí­a ser asimilado por la populación y no se podí­a admitir cualquier riesgo de desaprobación que llevase al Tribunal Superior Electoral a retroceder a métodos tradicionales y ya considerados ultrapasados por la mayorí­a de la población.
Las mayores dificultades enfrentadas fueron convencer al público y a los partidos polí­ticos de que el nuevo sistema era confiable y que no necesitarí­a de re-cómputo. En particular, fue difí­cil convencer que para garantir la lisura y la transparencia del sufragio, la identificación seria numérica y aleatoria. Así­, los polí­ticos no serian mas conocidos por su nombre sino por un numero X y diferente a cada elección. Otra dificultad es el dilema sobre la impresión del voto como garantí­a. La no-impresión evita demora en el proceso, danos del aparato y costos de papel y tinta, que pueden llegar a más de US$ 100 000 pese a la insistencia de las empresas en vender estos productos.
El éxito es mesurado empí­ricamente una vez que el elector brasileño ve con interesante naturalidad el sistema electoral informatizado y materializado a través de la urna electrónica. La incorporación fue tan exitosa que es considerada por ciertos expertos como una í¢â‚¬Å“revolución polí­tica silenciosaí¢â‚¬Â. El elector brasileño no se acuerda como es un proceso í¢â‚¬Å“tradicionalí¢â‚¬Â y se molesta cuando ocurre alguna quiebra en el aparato que lo obligue a votar con papel mientras se hace la substitución del mismo.
En sí­ntesis, el mayor beneficio de la implementación de la automatización del proceso electoral en Brasil es el fin de la subjetividad en la interpretación de las cedulas. En Brasil, el único consenso cuanto al método electoral es el deseo de no regresar a la cedula de papel. Cuanto a las posibles dudas cuanto a la seguridad, ningún sistema esta libre de problemas, como lo afirma Benoit (2003). El uso de tecnologí­as esta a favor del fortalecimiento democrático y como todo sistema debe ser perfeccionado. El hecho de evitar fraudes y el éxito de las experiencias en el paí­s en los últimos 10 años, hacen improbable la retirada del sistema que reina por su practicidad, inviolabilidad, velocidad, transparencia, reducción de los votos blancos e nulos y reducción de fraudes. La gran reforma polí­tica de Brasil reside en incorporar en sistema polí­tico a millones de personas que no tení­an su voto computado para efectos en la distribución de poder. Así­, las nuevas tecnologí­as pueden ser instrumentos de fortalecimiento democrático, siempre y cuando, sean bien utilizadas, respetando las necesidades especí­ficas del paí­s, los ritos de seguridad y los principios constitucionales.
La elección por un sistema electoral es una de las decisiones institucionales más importantes para la democracia y tiene efectos profundos en la estructura polí­tica e institucional del paí­s. La opción es un proceso fundamentalmente polí­tico, más que preguntas a que peritos técnicos independientes podrí­an dar una respuesta correcta y única. El secreto también reside en no analizar el sistema electoral aisladamente, sino un análisis profundo de la estructura de las instituciones polí­ticas de modo general y considerar como un tema polí­tico-estratégico.
El éxito nacional del proceso de automatización del voto se debe principalmente al encuentro de una solución que respondiese as las especificidades nacionales. Así­ siendo, si Argentina desea fortalecer su democracia debe empezar por considerar la innovación de su sistema electoral como una cuestión polí­tico-estratégica y sobre todo elaborar una urna según sus retos nacionales caracterí­sticos. Pese a los intentos realizados desde 2003, la persistencia en el cambio del sistema electoral solo tendrá éxito mediante un esfuerzo polí­tico conjunto y de beneficios para todos.