Entrevista a Rodrí­guez Saá

Reuters Latinoamérica entrevistó al candidato del FREJULI


Peronismo opositor, rival electoral Gobierno Kirchner
Damián Wroclavsky
Reuters
20 de September de2007
Alberto Rodrí­guez Saá, candidato a la presidencia argentina por la rama del peronismo opositor al Gobierno, promete dar «una lección electoral» en octubre, sin atender la cómoda ventaja que otorgan los sondeos a la primera dama, Cristina Fernández de Kirchner.
Ultimo en anotarse en la carrera hacia la elección del 28 de octubre, Rodrí­guez Saá apuesta por llevar a Fernández, su principal rival polí­tica y militante de su mismo partido, a una segunda ronda de votación en la que promete derrotarla.
«Tenemos un techo más alto que los otros candidatos. Somos el candidato imprevisto (…) para darle una lección electoral al Gobierno de Kirchner,» dijo en una entrevista con Reuters.
Artista plástico, cinéfilo y dos veces gobernador de la pequeña provincia andina de San Luis, defiende la bandera ortodoxa de justicia social que levanta su partido, pero se inclina por la visión liberal en lo económico que tanto denostan el mandatario Néstor Kirchner y su esposa.
«No a la inflación, una moneda fuerte y salarios fuertes,» dijo apuntando contra el punto más débil del modelo económico del actual Gobierno, que es la fuerte subida de precios.
Las últimas encuestas de intención de voto, que desde hace un tiempo brillan por su ausencia en el panorama electoral argentino, indicaron que Fernández ganará sin necesidad de disputar un balotaje.
En esas consultas, Rodrí­guez Saá aún no se habí­a instalado como la otra opción peronista, pero afirma que ya está luchando el segundo lugar.
Los sondeos más recientes publicados, mayormente de agosto, daban a Fernández entre el 45 y el 49 por ciento de la intención de voto, frente a un rango del 8 al 15 por ciento que sumaban la centroizquierdista Elisa Carrió o el centrista Roberto Lavagna.
MENEM Y SU HERMANO
Rodrí­guez Saá comparte un frente en el que están dos ex presidentes: Carlos Menem, objetivo preferido de las crí­ticas de Kirchner, y su hermano Adolfo Rodrí­guez Saá, que apenas duró una semana durante la feroz crisis económica del 2001.
El partido peronista está envuelto en un caos institucional, lo que explica que no se realicen primarias para elegir un único candidato de la fuerza.
«Soy respetuoso de los liderazgos que ha tenido el Peronismo (…) No soy el biógrafo del doctor Menem,» dijo al ser consultado sobre acusaciones de corrupción que sitiaron por años al ex mandatario, cuya carrera languidece tras haber sido derrotado en la elección a gobernador en su propia provincia.
Apoyado en su arrasadora victoria de agosto, donde retuvo la gobernación de su provincia con más del 80 por ciento de los votos, Rodrí­guez Saá carga contra Kirchner y no le concede méritos en la contundente recuperación económica del paí­s.
«Argentina recibió los buenos vientos de la economí­a mundial (..) Y con buenos vientos, no ha llevado a la Argentina a buen puerto,» dijo citando la amplia brecha entre ricos y pobres y la ostensible intervención estatal en los mercados.
«Hay que sacarle las manos de encima a la economí­a. Cada control de precios generado por el poder Ejecutivo es un nicho de corrupción,» argumentó.
Argentina recorre su quinto año consecutivo de expansión del Producto Interno Bruto a tasas superiores al 8 por ciento anual, un récord absoluto, y ha logrado mejorar casi todos los indicadores sociales.
Con 58 años y en pareja con la actriz dramática Esther Goris -quien protagonizó a la mí­tica Eva Perón en un filme de 1996- Rodrí­guez Saá sostiene que si asume el poder en diciembre cambiará el actual sistema de distribución de impuestos.
Según su visión, el actual esquema concentra muchos fondos en las manos del Gobierno federal y es usado para cooptar a las provincias.
El último anuncio televisivo de Rodrí­guez Saá para promocionar su candidatura muestra a Kirchner y a sus ministros jugando sucio un partido de fútbol en el que se dejan tentar por los dólares del presidente venezolano, Hugo Chávez, un aliado del Gobierno.