Cristina rumbo a Europa

La candidata oficialista, viajara a Alemania y Austria, donde se reunirá con la canciller Angela Merkel, con el presidente de la firma Volkswagen, Martí­n Winterkorn, visitará las instalaciones de Siemens y mantendrá una audiencia con el presidente austriaco, Heinz Fisher y luego con la presidenta del Congreso, Bárbara Pramer.
Ira en compañí­a del Jorge Taiana, ministro de Relaciones Exteriores, y el vocero presidencial, Miguel Núñez.


Cristina Kirchner, en busca de negocios
Martí­n Rodrí­guez Yebra
La Nación
9 de Septiembre 2007
De la mano de las dos multinacionales más grandes de Alemania, Cristina Kirchner completará desde hoy la etapa europea de su campaña presidencial. Le esperan tres dí­as para proyectar posibles negocios y para abrir una relación que imagina provechosa con el gobierno de la canciller conservadora Angela Merkel.
Volkswagen la guiará en Wolfsburgo por su fábrica más emblemática; Siemens la llevará en Berlí­n a ver las turbinas que construye para una planta termoeléctrica en Santa Fe. Y la principal cámara industrial alemana, que promovió el viaje, le preparó un escenario para que muestre ante grandes ejecutivos de este paí­s el perfil amigable que la candidata adoptó con el mundo empresario.
Antes de volver, la senadora pasará por Viena, donde verá a la cúpula del poder austrí­aco. Una exitosa gestión empresaria ayudó a jerarquizar esa agenda: el presidente de Volkswagen (VW) Argentina, Ví­ctor Klima, fue canciller de Austria y mantiene viva su influencia.
La gira tendrá su principal capí­tulo polí­tico pasado mañana, con un saludo de cortesí­a a «la mujer más poderosa del planeta», de acuerdo con la reciente selección de la revista Forbes . Esa reunión sólo ocupará 20 minutos en la agenda de Merkel. Y que Cristina Kirchner será recibida en su carácter de senadora y no de candidata.
Igual nadie podrá negarle el valor a esa foto 45 dí­as antes de las elecciones. Todo un trofeo para una candidata que eligió mostrarse blindada a los conflictos de la polí­tica interna. Nada mejor entonces que el romántico otoño anticipado de Berlí­n para alejarse de las presiones de la crisis electoral cordobesa y los cierres de listas.
Lo que no pueda profundizar con Merkel lo hablará después con el ministro de Economí­a, Michael Glos, en una audiencia confirmada por fuentes argentinas. Existe un tema excluyente: la deuda con el Club de Parí­s. Alemania es el principal acreedor, con casi 1500 millones de dólares (22% del total).
El gobierno argentino anunció su intención de avanzar en un acuerdo, pero rechaza que el Fondo Monetario Internacional (FMI) supervise el plan de pago, como exige el grupo.
Fuentes del gobierno alemán se excusaron de hacer comentarios sobre sus expectativas respecto del viaje, porque «se origina en una invitación empresaria y no gubernamental».
Siemens y VW lideran la inversión alemana en la Argentina y son actores de gran peso en la influyente cámara de industria y comercio (DIHK, por sus siglas en alemán). A diferencia de las multinacionales francesas o españolas, que participaron de las privatizaciones, las empresas alemanas vieron crecer de manera sostenida sus negocios en la Argentina después de la crisis de 2001.
Amores y conflictos
Siemens es un sí­mbolo de ese proceso. En 2006 ganó una licitación del Ministerio de Planificación para construir cuatro turbinas que se usarán en las plantas termoeléctricas de Campana y de Timbúes (Santa Fe). Las dos primeras acaban de llegar al paí­s y las que faltan son las que verá Cristina Kirchner en Berlí­n el martes.
Con la crisis energética encima, el Gobierno resolvió la adjudicación a Siemens (sobre Alstom y Mitsubishi) porque prometió entregar las máquinas más rápido, aunque a mayor precio. Ahora el ministerio que conduce Julio De Vido negocia con Siemens el contrato para el montaje de la sala de máquinas de la central nuclear Atucha II. La empresa también compró los pliegos de una licitación que se llamó con plazos urgentes para otras cinco turbinas.
Entre la Argentina y Siemens sigue vigente un litigio originado en 2001, cuando Fernando de la Rúa canceló un contrato firmado tres años antes para la confección de los DNI. El caso se dirime en el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi). Siemens consiguió en enero un primer reconocimiento por 208 millones de dólares. En la empresa y en el Gobierno coinciden: es un tema «viejo» que no entorpece las posibilidades de inversión.
La visita no esquivará los temas conflictivos
La Nación
9 de Septiembre 007
Difí­cilmente sea con la canciller Angela Merkel, con quien no se prevé que comparta más que un saludo protocolar. Lo que no pueda profundizar con la lí­der conservadora lo hablará después con el ministro de Economí­a, Michael Glos.
Existe un punto de discusión casi excluyente: la deuda en mora con el Club de Parí­s. Alemania es el principal acreedor, con casi 1500 millones de dólares (22% del total). El presidente Néstor Kirchner anunció su intención de avanzar en un acuerdo, pero rechaza que el Fondo Monetario Internacional (FMI) supervise el plan de pago, como exige el grupo.
En el Gobierno se ilusionan con que un apoyo alemán resolverí­a buena parte del problema. De todos modos, en esto pesa más Francia, que preside el club. Y, además, es casi un hecho que el francés Dominique Strauss-Kahn (que acaba de pasar por Buenos Aires) asumirá como director gerente del FMI. A Parí­s y con el mismo tema en mente irá el canciller Jorge Taiana apenas termine de acompañar a la candidata por Alemania y Austria.
Otro conflicto que surgirá en las reuniones polí­ticas aquí­ es el litigio con Siemens que desde 2001 enturbia la relación bilateral. El caso empezó cuando el gobierno de Fernando de la Rúa canceló un contrato firmado tres años antes para la confección de los DNI.
Un fallo del tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi) de enero le concedió Siemens el derecho a pedir una indemnización de 208 millones de dólares. La Argentina apeló. Pero desde hace dos años los buenos negocios energéticos de la empresa en la Argentina fueron relegando la pelea.
En Siemens y en el Gobierno coinciden: es un tema originado en otra etapa del paí­s y que no entorpece las posibilidades de inversión. El Presidente celebrarí­a que se retirara la demanda. Los alemanes prefieren esperar la sentencia sin negociar.
El vicepresidente de Siemens, Uriel Sharief, estuvo el lunes en Buenos Aires; se reunió con Cristina Kirchner; hablaron de este viaje y ni se mencionó el caso por los DNI, según informaron en el Gobierno. La versión de la empresa es coincidente.
A la candidata le interesa que el gobierno alemán sepa que la discusión pasó a carriles menos traumáticos, según funcionarios que participaron de la preparación del viaje.