Carrió sabe que necesita del peronismo para gobernar

La Candidata presidencial por la Coalición Cí­vica, Elisa Carrió, salió a buscar la pata peronista que su proyecto necesita. Es una verdad conocida por el ámbito polí­tico, que un equipo peronista dentro de su hipotético gobierno, la ayudará a contener a los opositores de dicho movimiento.
Ya no se la vé tan apocalí­ptica como antes, aunque mantiene su nivel de contundencia y claridad cuando debe denunciar. Pero se nota que está mas moderada.


La pelea Electoral | La estrategia de la fundadora del ARI para tratar de llegar al ballottage
Carrió también sale a buscar su «pata peronista» para octubre
Diario Clarí­n
13 de agosto 2007
De la mano de Conte Grand, inició contactos con un sector del PJ.
Santiago Fioriti
Hace algún tiempo que no se percibe el tono apocalí­ptico que solí­a imprimirle a su análisis polí­tico. Tampoco ha hecho referencias bí­blicas ni su lengua filosa ha disparado denuncias de corrupción. Elisa Carrió moldea su perfil con la ambición de llegar al ballottage. Y todaví­a le queda una carta por jugar: con sigilo, en su equipo de campaña le están armando una mesa de dirigentes peronistas. Casi está de más decirlo: la lí­der de la Coalición Cí­vica también saldrá a la búsqueda del voto de peronistas descontentos.
«Lilita, no todo el PJ es Kirchner o Menem», fue el espí­ritu del discurso con el que empezaron a convencer a Carrió de una mayor apertura en su espacio. «Todos reconocen tu aporte ético y moral a la polí­tica, pero si pensás en gobernar el paí­s tenés que hacerle un guiño al peronismo», le susurraron.
La tarea está en manos de Gerardo Conte Grand, ex diputado del PJ y uno de los responsables del armado de la Coalición Cí­vica, que además suena como posible candidato a vicepresidente si fracasan las negociaciones con el presidente del Partido Socialista, Rubén Giustiniani. Conte Grand fue uno de los fundadores del Grupo Talcahuano, una minoritaria porción de diputados que hasta fines del 2001 representaba al kirchnerismo en el bloque justicialista.
Vaya ironí­a: aquel grupo se denominó Talcahuano porque operaba polí­ticamente en el estudio jurí­dico que Conte Grand tiene sobre esa calle porteña. Ahora, en esas mismas oficinas del noveno piso se tejen alianzas con peronistas anti K para intentar que Carrió arremeta contra Cristina Kirchner. í‚¿Nombres? El ex gobernador de Mendoza Arturo Lafalla, el ex diputado tucumano Ricardo Falú y el ex gobernador de Santa Cruz Sergio Acevedo, con quien -en rigor- la candidata ya tení­a lí­nea directa.
Los contactos de la Coalición llegaron a una charla de Carrió con Gustavo Beliz, un viejo amigo de Conte Grand, e incluso se abrieron canales de conversación con José Octavio Bordón, el embajador argentino en Washington. í‚¿Podrán todos confluir en la misma fuerza?
La fundadora del ARI, que jura que será presidenta aun cuando los números la muestran lejos de la primera dama, está pendiente de esa jugada y a la vez no deja de celebrar el apoyo que recibió recientemente del Congreso socialista. Se ilusiona con una victoria de Hermes Binner en Santa Fe frente a Rafael Bielsa -el delfí­n de Néstor Kirchner- para luego convencer a Giustiniani de que lo acompañe en la fórmula.
«Si hay un clima en contra del Gobierno Carrió será la más beneficiada. Todo el mundo la conoce. No tiene que sobreactuar que es opositora», dicen cerca de ella, en una ironí­a que busca perjudicar a Roberto Lavagna.
La aspirante de la Coalición ya no exhibe un perfil antiperonista. Y aunque es cierto que siempre ha resaltado la figura de Evita, ahora lo hace a viva voz. «Representó el mayor liderazgo carismático de la historia», dijo hace poco en un acto. «El problema es que Evita fue más que Perón», resaltó, como para marcar un surco entre ambos.