La doble derrota electoral del gobierno nacional

Ayer domingo y por partida doble el gobierno nacional sufrí­o una jornada electoral adversa. Sus candidatos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la provincia de Tierra del Fuego cayeron en la segunda vuelta. Esta doble derrota conforma por un lado una reevaluación de la estrategia para las elecciones presidenciales del 28 de octubre y por el otro el nacimiento de una oposición que comienza a vertebrarse.


Cambios en el mapa de poder
Doble caí­da de Kirchner: en la Capital ganó Macri y en Tierra del Fuego, ARI

El lí­der de Pro gobernará la ciudad tras superar por 22 puntos a Filmus; hoy le pedirá una reunión a Kirchner; «Es hora de hablar menos y hacer más», dijo; en el otro ballottage de ayer, Rí­os, aliada de Carrió, logró una victoria histórica
La Nación
Por Martí­n Rodrí­guez Yebra
25 de junio
Mauricio Macri rompió el maleficio del ballottage: con el impactante impulso del 61 por ciento de los votos se convirtió anoche en el próximo gobernante de la ciudad de Buenos Aires y, seguramente, en el jefe de la oposición al proyecto nacional del presidente Néstor Kirchner.
Por primera vez una fuerza de centroderecha tendrá el poder en la ciudad autónoma. Y si eso no alcanzara para inquietar al Presidente, el domingo electoral le entregó otra derrota amarga: Fabiana Rí­os, la candidata de ARI, le arrebató la gobernación de Tierra del Fuego al kirchnerista Hugo Cóccaro.
La doble victoria opositora empieza a diseñar una nueva distribución del poder en el paí­s, justo en los dí­as previos a que el Gobierno comunique si Cristina Kirchner será finalmente la candidata a suceder a su esposo. Ese anuncio se demorará más de lo previsto, confirmaron fuentes oficiales después de admitir el efecto de los resultados de ayer.
Ya en la noche del festejo, Macri pareció sugerir que su papel no se limitará a la ciudad: í¢â‚¬Å“Ganó la democracia. El paí­s en que vivimos merece que hagamos un sacrificio para construir un futuro mejorí¢â‚¬Â. Después confirmó que hoy pedirá una reunión con el Presidente.
La magnitud de la victoria habí­a eliminado cualquier suspenso. Daniel Filmus, el candidato del Presidente, reconoció la derrota (aunque sin mencionar a Macri) a las 20.12. Apenas terminó de hablar, Macri sorprendió al dejar a su compañera de fórmula, Gabriela Michetti, la responsabilidad de dar el primer discurso triunfal. í¢â‚¬Å“Llegó la hora de hablar menos y hacer másí¢â‚¬Â, dijo Michetti. Luego lo repitió el propio Macri, como si fuera el nuevo eslogan de los ganadores.
En medio de la euforia de miles de simpatizantes y el baile casi ritual de los candidatos de Pro, el futuro jefe de gobierno habló anoche con el actual, Jorge Telerman, para empezar a organizar la transición.
Según el escrutinio oficial (se cerró a las 22.30), la fórmula de Pro pasó el millón de votos. Macri cree que ese caudal le dará fuerza para negociar con la Casa Rosada la cesión de servicios, en especial el de policí­a. Para eso quiere ver a Kirchner. En el hotel donde Filmus esperó el desenlace, fuentes del gabinete dijeron que el Presidente podrí­a recibir al ganador esta semana.
El kirchnerismo intentó explicar que la caí­da, previsible en todos sus detalles, era í¢â‚¬Å“una derrota dignaí¢â‚¬Â, pese a que no logró reducir la diferencia de 21,85 puntos registrada hace tres semanas en la primera vuelta. La brecha incluso se amplió unas centésimas.
Filmus afirmó: «Ningún resultado es satisfactorio si no podemos gobernar la ciudad». Pero destacó que «el apoyo de casi el 40 por ciento de los porteños significa que valió la pena competir». En 12 minutos de discurso, se tomó unos segundos para saludar frí­amente «a los vencedores» y, leal a sus jefes, asumir «personalmente la derrota».
Lo acompañaba todo el gabinete nacional. Faltaba, sí­, Cristina Kirchner, que tras la primera vuelta habí­a celebrado con él los votos que le permitieron dejar fuera del ballottage a Telerman.
De todos modos, las fuentes del Gobierno destacaron el «buen desempeño» de Filmus, que habí­a arrancado de la campaña con una bají­sima intención de voto. Su discurso, en el que habló del futuro del Frente para la Victoria en la ciudad, pareció confirmar los rumores de que el ministro podrí­a liderar la lista oficialista de senadores nacionales en la ciudad para las elecciones de octubre.
Aun si la figura de Filmus hubiera salido a flote del desafí­o porteño, las palabras de módica alegrí­a que prepararon los kirchneristas empezaron a mezclarse con la resignación y la tristeza a medida que avanzaba un escrutinio inusualmente veloz.
El Frente para la Victoria no pudo cumplir el objetivo casi testimonial de llegar a los 40 puntos, meta que reconocí­an apenas disimuladamente los allegados a Filmus las horas previas al ballottage.
El ausentismo de 31,5 por ciento (casi idéntico al de la primera vuelta) y el casi 6 por ciento que sumaron los votos en blanco y nulos fueron variables que ratificaron el triunfo de Macri. El kirchnerismo apostaba a convencer a un buen número de los porteños que habí­an faltado a su obligación en las elecciones del domingo 3.
Seis meses
Del lado de los vencedores, la prioridad aparecí­a ahora ligada a conducir una transición ordenada y aprovechar rápidamente el poder de negociación que le otorga a Macri el récord histórico de votos que se anotó ayer (superó los que habí­a logrado Fernando de la Rúa en las primeras elecciones autónomas, en 1996). Se abre un largo paréntesis hasta la asunción, prevista para el 10 de diciembre.
Macri y Telerman se reunirán esta semana. Dos primeras señales: el macrismo no quiere anticipar la entrega del mando ni formar un cogobierno.
«Vamos a trabajar desde el primer dí­a en la solución de los problemas de los porteños. Se acabó la época de la pelea y la discusión inútil», dijo Macri entre el cotillón Pro en un salón de tango cerca de su querida Bombonera, el lugar que lo catapultó a la polí­tica.
Bien temprano llegaron para participar de los festejos dos candidatos presidenciales que buscan contagiarse del clima triunfalista, Ricardo López Murphy, socio fundador de Pro, y Ramón Puerta, un peronista opositor que es amigo í­ntimo de Macri.
«Esto abre una competencia para octubre que va a ser muy entretenida», dijo López Murphy, el dirigente que más presiona por obtener el apoyo macrista para la carrera presidencial.
También se mostraron entre los vencedores algunos antiguos menemistas que nunca habí­an aparecido en la campaña, como el ex secretario de Seguridad y de Inteligencia Miguel Angel Toma. Y reapareció en público Juan Carlos Blumberg, después de la crisis en que cayó al descubrirse que no es ingeniero.
En otro barrio, más en la intimidad, pudo celebrar otra candidata presidencial: Elisa Carrió vivió en su casa de Barrio Norte una suerte de resurrección polí­tica, después del golpe que habí­a sufrido su incipiente Coalición Cí­vica con la derrota porteña de Telerman.
El triunfo de Rí­os en Tierra del Fuego le concede por primera vez una gobernación al ARI, la fuerza que Carrió creó hace siete años. Nunca antes una mujer habí­a alcanzado por los votos el poder en una provincia.
Roberto Lavagna, otro aspirante opositor a la presidencia, también felicitó a Macri, aunque mantuvo su decisión de distinguir la pelea porteña de la campaña nacional que está por empezar.
Incluso ante la ilusión renovada de la oposición, el gobierno de Kirchner ratificó ayer el rumbo electoral con miras a octubre y buscó dar señales de optimismo: «Estamos seguros de que el pueblo nos va a acompañar en las elecciones presidenciales», afirmó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en el comando de Filmus.
Sea cual fuere ese resultado, se dará en un paí­s con otro mapa de poder, moldeado por los resultados que dejó el domingo de los dos ballottages.
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Soccer boss to lead Buenos Aires

24 de Junio de 2007
Macri won 61 percent of the vote
í¢â‚¬Â¢ Rival was Kirchner-backed education minister Daniel Filmus, who had 39 percent
í¢â‚¬Â¢ Win makes Macri leader of opposition
í¢â‚¬Â¢ Macri was president of Boca Juniors club, where Maradona once played
BUENOS AIRES, Argentina (Reuters) — A millionaire soccer boss from Argentina’s center-right opposition was elected mayor of Buenos Aires in a runoff vote on Sunday, defeating a candidate backed by President Nestor Kirchner.
With more than 99.5 percent of the ballots counted, Mauricio Macri, a congressman and president of the country’s most popular soccer club, had 61 percent of the vote to 39 percent for Kirchner’s education minister, Daniel Filmus.
«Change won in Buenos Aires today,» Macri told a throng of cheering supporters. «It’s a change that proposes a different kind of politics, different values.»
Macri’s victory catapults a leading opposition figure into one of the country’s key political posts, dealing a blow to the Argentine leader ahead of this year’s presidential election.
Highly popular, Kirchner had waded into the contest, hoping to broaden his power base.
Analysts say the win will likely anoint Macri as the leader of a fractured opposition struggling to gain ground on the center-left president in the Oct. 28 presidential race.
«This affirms Macri as the figurehead of the opposition,» Joaquin Morales Sola, a political columnist at the Buenos Aires daily La Nacion, said in televised comments.
Kirchner has dominated Argentine politics since taking office in 2003, consolidating power as he won credit for engineering the country’s economic recovery.
Public opinion surveys show Kirchner and his wife, a senator, holding substantial leads in the presidential race, with either expected to win easily. Kirchner has not said if he will seek re-election and frequently hints his wife may run in his place.
Macri was widely seen as a potential candidate in the presidential election before he jumped into the mayor’s race. He has hinted it might be a first step toward a 2011 presidential candidacy.
Kirchner tapped Filmus to compete in the race in Buenos Aires, home to some 2.8 million Argentines and an independent-minded electorate that frequently votes against national trends.
Macri, 48, hails from one of the country’s wealthiest and most controversial families. His father, business tycoon Franco Macri, is one of Argentina’s richest men whose businesses flourished during the 1990s under former President Carlos Menem.
Kirchner, who blames Argentina’s 2001-2002 economic crisis on neo-liberal economic policies implemented during the Menem years, had publicly warned a Macri victory could mark a return of Menem’s policies.
In the final days of the campaign, Macri got a public relations boost from his role as president of the Boca Juniors club, where soccer great Diego Maradona once starred.
On Wednesday, Boca won Latin America’s Copa Libertadores tournament, the equivalent of Europe’s Champions League championship.
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